El camino en el deporte paralímpico del antioqueño Alejandro Perea se empezó a forjar a punta de pedalazos, pero con fines médicos, pues tras un diagnóstico de displasia epifisiaria múltiple, la bicicleta se convirtió en su mejor amiga y en un método de terapia que le garantizaría, que a largo plazo, sus articulaciones no se atrofien totalmente: “displasia epifisaria múltiple, que quiere decir que los huesos están desplazados en sus articulaciones y con malformaciones en su desarrollo desde niño, tengo espasticidad moderada, con mayor influencia en piernas y manos, además de algunos rastros de parálisis cerebral”, dijo a Indeportes Antioquia.
Sin embargo a principio de este año debió ir al quirófano para enfrentar un reemplazo total de cadera: “Durante el reemplazo de cadera, un cirujano retira las secciones dañadas de la articulación de la cadera y las reemplaza con piezas que, por lo general, están fabricadas con metal, cerámica y un plástico muy duro. Esta articulación artificial (prótesis) ayuda a reducir el dolor y mejora la función.”, dice mayorclinic.org.
Cuando pocos creyeron en él, su frase de batalla salió a flote: “las limitaciones sólo están en la mente” y con fuerza y resiliencia se recuperó, en el pasado mes de junio estuvo en el mundial de Portugal y se subió tercero al podio: en la localidad de Cascai: “yo quiero que me recuerden como una persona feliz y que entrega todo por su deporte y por su país”, dijo Arango al comité paralímpico de nuestro país quien además destaca las discapacidades están en el pensamiento humano y que se vuelven obstáculos solo para aquellos que quieren verlas de esa manera.
Alejandro, lleva seis años practicando el paracycling. 6 años de lucha cada día contra el dolor físico, en muchas ocasiones agudo, sin embargo este deporte en el que ha conquistado innumerables títulos es el mejor antídoto: “a mí me motiva competir y sentir la adrenalina”, dice Perea, aunque asegura que los caballitos de acero llegaron a su vida de los 3 años de edad y para poder llegar a la escuela.
Disciplina y carácter, así definen a Alejando quien se levantaba con una hora de anticipación para rodar en la cicla. “No sabía que esto era deporte, le decía a mi mamá que me levantara un ratico antes de bañarme y organizarme para ir al colegio, y montaba bicicleta antes de salir, en el barrio Calasanz, de Medellín”, dijo a Indeportes Antioquia.
Y es que una de una de las mejores fisioterapias que recomiendan tras esta operación es la actividad y el ejercicio que deben ser algo habitual para recuperar el uso de la articulación y los músculos. Trabajo de fortalecimiento y movilidad. Se puede decir que Alejandro prácticamente volvió a aprender a caminar: “he trabajado fuerte, con entusiasmo y me exijo al máximo. No es una labor fácil, requiere de muchos sacrificios”, comentó al Comité paralímpico colombiano.
Alejandro además tiene formación profesional. Hizo un semestre de Administración de Empresas, pero la interrumpió porque vio que no era lo suyo. Un sueño es estudiar Medicina y especializarse en Psiquiatría pues le interesa mucho la mente humana y cómo trabaja. Además quiere ser un ejemplo de fortaleza mental.
Este valiente deportista colombiano siempre está con un bastón abajo de la bicicletas, sin embargo el mejor apoyo lo tiene en sus padres, Gloria Esteban y Orlando., al igual que sus hermanos José Orlando y Carlos Esteban, han sido vitales en su deporte para lograr unos Juegos paralimpicos y sumar a su palmarés a medallas como el Mundial en Río de Janeiro (Brasil) 2018, obteniendo dos medallas de oro, también en los Juegos Parapanamericanos de Lima (Perú),