Nunca antes se había derramado tanta sangre colombiana un Día de la Independencia, como la que registraron los despachos de prensa internacional, el 20 de julio de 2013, entre Arauca y Caquetá: 21 soldados muertos, el mayor ataque de las Farc durante el proceso de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos.
Al presidente le pilló la trágica noticia en San Andrés, donde iba a presenciar el desfile militar del 20 de julio, que ese año había organizado en la isla como respuesta al fallo del tribunal de La Haya que modificó los límites marítimos en favor de Nicaragua. Era la cuarta vez que un jefe de estado pronunciaba un discurso del día de la Independencia fuera de Bogotá.
Por eso, el sonido de los aviones de guerra que surcaban el cielo del Caribe colombiano no silenció los gritos de júbilo que, a esa misma hora, estremecieron al resto del país.
Nairo Quintana, el menudito pedalista de Cómbita, Boyacá, que en aquel entonces no superaba los 23 años, se destapó, al cruzar primero en la meta del puerto de montaña Annecy-Semnoz.
Era la penúltima etapa del Tour de Francia, y a falta de 800 metros se levantó en los pedales de su bicicleta; pulverizó al británico Chris Froome (ganador de cuatro tours, dos vueltas a España y un giro de Italia), quien entonces era la máquina indestronable del pelotón mundial, como aquel 20 de julio de 1994 lo era Induráin para el Cacaíto Rodríguez. Ni Froome, ni el español Alberto Contador, pudieron agarrar la rueda del boyacense.
En el país, millones de colombianos al frente de los televisores o junto a transistores de radio empujaban al colombiano para coronar la cima. Nairo Quintana, el cóndor que de niño iba en bicicleta a la escuela Arcabuco, no solo hizo fiesta patria en Francia, se puso la camiseta de pepas rojas de campeón de la montaña, la blanca de campeón de los jóvenes y ascendió hasta el segundo lugar en el pódium en los Campos Elíseos.
Aquel 20 de julio de 2013 ha sido el día en que millones de colombianos se han sentido más orgullosos de su patria. El día en que Nairo Quintana se sintió más orgulloso de ser colombiano.
“Ha sido el día más emocionante de mi carrera. Un día especial para los colombianos, así que le dije a mi equipo lo importante que era ganar esa etapa. Era final en montaña, tenía ganas, tenías fuerzas. Mis compañeros me ayudaron mucho. Los colombianos que lo vivimos jamás lo vamos a olvidar”, recordó Nairo Quintana en un reciente diálogo con SEMANA desde Francia.
La gesta, según Contador
Ganador de las ediciones del Tour de Francia 2007 y 2009, jefe de filas de la escuadra Saxo-Tinkoff, Alberto Contador, “el chaval de Pinto”, entonces con 30 años, partió en el segundo lugar de la clasificación general, en la antesala de la llegada del pelotón a París. A más de cinco minutos del líder Froome, su apuesta era conservar su lugar en el podio.
Aquel día patrio para Colombia, el único ciclista español en ganar las tres grandes vueltas (junto al Giro de Italia y la Vuelta a España) lo recuerda como uno de los peores de su carrera. Aquella tarde aciaga para él, un país del otro lado del Atlántico celebraba la mayor gesta deportiva de la historia en un día patrio.
Séptimo en la línea de meta, 2 minutos 28 segundos después de Nairo, a quien le llevaba una ventaja superior al medio minuto antes de partir, es natural que para Alberto Contador, los recuerdos de aquella jornada sean difíciles de cicatrizar.
“Bastante mal, tuve un mal día. Fui octavo o noveno en línea de meta, no recuerdo bien”, dice a SEMANA este 20 de julio, de nuevo, desde las carreteras francesas, ahora como comentaristas del Tour. “Solo recuerdo que perdí la tercera plaza con Purito”, refiriéndose a su compatriota Joaquim Rodríguez (Katusha), quien junto a Quintana lo despojaron del podio.
“Nairo estuvo fortísimo. Ese tour Nairo pudo haberlo hecho mejor, pero estaba todavía empezando. Desde luego fue una muestra de lo fuerte que terminó ese Tour de Francia. Ya sabemos que cuando (Nairo) está bien, es capaz de todo”.
En el Tour de Francia de 2013, Nairo Quintana, gregario del español Alberto Valverde en el equipo Movistar, no solo ganó la etapa 20, en el 20 de julio; ganó la camiseta blanca de los jóvenes, y la de pepas rojas del campeonato de montaña. Su irrupción puso en jaque a varias de las figuras del pelotón internacional.
“Un corredor que apareció de la nada. Al final de ese Tour apareció como aliado de Valverde, y terminó más fuerte que él. Fue una confirmación del buen corredor que iba a ser”.
Casi una década después, los grandes protagonistas de las carreras ciclistas, aún tienen la inquietud de lo que hubiera pasado si en 2013 Nairo hubiera tenido más experiencia, o hubiera tenido un par de etapas más para llevarse el título. Son solo suposiciones. “Estaba empezando y estuvo bien. Chris Froome estuvo muy fuerte, Nairo no lo pudo batir”, dice Contador.
El pedalista español, en uso de buen retiro, leyenda del ciclismo en ese país, se mantiene vigente, ahora comentando la actualidad ciclista internacional, casi que como un acompañante del pelotón.
Un pelotón en el que aún se asoma Nairo Quintana, con 32 años ahora, casi la misma edad de Contador, cuando tuvo que enfrentar corredores más jóvenes que él.
El ciclista colombiano, que le está plantando cara a máquinas humanas que no pasan de los 25 años, sumó un nuevo 20 de julio ilusionando los corazones de los colombianos, como ese 20 de julio en el que Alberto Contador tuvo que pedalear con el corazón y llegar a la meta el día de la ascensión de Nairo Quintana.