El ciclismo colombiano explotó de alegría este miércoles con la victoria de Santiago Buitrago en la etapa 17 del Giro de Italia. De principio a fin, el bogotano del Bahrain Victorious fue protagonista saliendo a la fuga y manteniendo un ritmo incomparable con el resto de ciclistas.

Buitrago fue el detonante de la ruptura entre el pelotón y la escapada. Apenas unos segundos después de escuchar el pistoletazo inicial, salió disparado desde el centro del lote seguido por varios corredores más, que ya lo tenían fichado por sus condiciones en la montaña.

Gracias a ese ataque del colombiano se consolidó un grupo de 25 ciclistas en el que se encontraban nombres como el de Mathieu Van der Poel (Alpecin-Fenix), Guillaume Martin (Cofidis), Hugh Carthy (EF Easy-Post) y Giulio Ciccone (Trek-Segafredo), entre otros candidatos a llevarse los honores en la meta ubicada en Lavarone después de tres premios de montaña.

El primer puerto transcurrió con normalidad, pero en el descenso se produjo la primera gran noticia del día para Buitrago. “Cuando me caí fue un momento difícil, pero supimos darle vuelta”, dijo al recordar esos momentos de nerviosismo cuando derrapó en una serie de curvas rápidas y acabó en el suelo con el hombro derecho raspado.

Pero el colombiano sabía que estaba para grandes cosas y rápidamente se puso en pie para apretar el acelerador y llegar a la rueda de sus rivales. “La carrera iba muy lanzada, el grupo se había dividido y pensé que todo se había ido al traste. Recuperé fuerzas y pudimos darle vuelta”, confiesa el hombre del día en el Giro de Italia.

Buitrago volvió a cabeza de carrera y coronó el segundo puerto en Vetriolo con relativa tranquilidad. Sin embargo, antes de subir al Monte Rovere, el lote de fuga se rompió por un ataque conjunto entre Van der Poel y el ciclista del Jumbo-Visma Gijs Leemreize. Buitrago, entre tanto, se mantuvo marcando el paso de los perseguidores, con Carthy y Jan Hirt (Intermarché) como únicos sobrevivientes.

“A inicio de puerto sabía que llevábamos minuto y medio de diferencia. Comenzamos a subir y sentí que tenía buenas piernas, así que decidí probar”, cuenta el ganador de la etapa sobre ese zarpazo en busca de los dos corredores que se encontraban en punta.

A falta de 12 kilómetros para el final, el valiente colombiano aceleró, sabiendo gracias a sus directores de equipo que Van der Poel y Leemreize empezaban a perder las fuerzas adelante. “Cuando vi los carros ahí adelante dije es hoy, hoy no se me puede escapar”, agregó.

Buitrago pasó como rayo al lado de los escapados y coronó el último puerto del día en primer lugar. De ahí en adelante lo único que necesitaba era bajar con tranquilidad, sin arriesgar demasiado, pero sabiendo que cualquier paso en falso podría permitir que Leemreize lo alcanzara.

Al cruzar la meta, levantó los brazos al cielo y rompió en llanto como ya lo había hecho el domingo tras el segundo lugar en Cogne. “Hoy (las lágrimas) son de felicidad, de que el trabajo se ha hecho bien. Por fin llega esta victoria que tanto tiempo la venía buscando”, dijo en zona mixta a un montón de micrófonos que se agolparon para escuchar sus palabras.

“A toda la afición colombiana, muchas gracias por todo el apoyo que me han venido brindando. Esto es para ellos, para mi familia y para toda la gente que siempre ha estado ahí”, culminó Buitrago antes que los miembros de su equipo lo retiraran de la zona de prensa y se dirigiera a celebrar con amigos de verdad como Mikel Landa, que lo recibió con un fuerte abrazo por cumplir el sueño de ganar en la corsa rosa.