Dos etapas infernales, la primera en el Col du Granon, la segunda camino de Alpe d’Huez, dos puertos que regresan al recorrido del Tour de Francia, y que marcan la edición de 2022, presentada este jueves en París, casi nueve meses antes de la salida fijada el 1 de julio en Copenhague.

Habrá asimismo una secuencia de pavés en la entrada a Francia por el norte, los Alpes precederán a los Pirineos, y una larga contrarreloj de 40 kilómetros la víspera de la llegada a los Campos Elíseos prevista el 24 de julio.

Varios puntos son considerados clave en esta 109ª edición del Tour, que no es ajeno a las novedades (tres días por Dinamarca, el puerto pirenaico de Spandelles) y que contará también con puertos clásicos que han forjado su leyenda.

Habrá pasajes incluso para la nostalgia. Christian Prudhomme, el director del Tour, anunció un díptico ‘vintage’ recordando la edición de 1986 cuando Bernard Hinault perdió el maillot amarillo en el Granon, en una etapa ganada por el español Eduardo Chozas, en la única visita del Tour a este enclave a 2.413 metros de altitud.

Un día después, el último francés en figurar en el palmarés del Tour (1985) ganaba en Alpe d’Huez, delante del estadounidense Greg LeMond en una de las llegadas más memorables del Tour.

Los Alpes

Durante unos instantes, Hinault, presente en el Palacio de Congresos de París, rejuveneció casi 36 años cuando vio sobre la gran pantalla la réplica exacta de la etapa de Alpe d’Huez (por el Galibier y la Croix-de-Fer).

A unas butacas de distancia, su lejano sucesor, el esloveno Tadej Pogacar, descubrió el menú que le espera los días 13 y 14 de julio: cinco puertos de categoría especial, entre ellos el Galibier escalado por sus dos vertientes, y dos subidas finales que podrían dar un golpe a la clasificación general de los primeros diez días de carrera.

Para Pogacar, que aún no ha vivido de primera mano esas dos ascensiones legendarias -el Alpe d’Huez no está presente en el Tour desde 2018-, el perfil de los Alpes se adapta totalmente a sus características, siempre que muestre la misma superioridad que el pasado mes de julio.

El campeón del mundo Julian Alaphilippe, que descubrió el trazado al mismo tiempo que el vigente campeón, también tiene motivos para frotarse las manos. Como pueden hacerlo el belga Wout van Aert y el neerlandés Mathieu van der Poel, los que “incendiaron” la primera parte del Tour 2021.

Las etapas llanas de la primera semana tendrán lugar en el cuadrante del nordeste de Francia, con una posterior incursión en Suiza, con llegada en Lausana, la ciudad del Comité Olímpico Internacional.

James Bond y el santuario mariano

Después aparecen constantes guiños a la historia del Tour, como la etapa que lleva desde Saint-Etienne a Mende donde Laurent Jalabert inflamó el Tour 1995, y al pasado más reciente, con el paso por la ciudad medieval de Carcasona antes de entrar de lleno en los Pirineos por la verde Ariège y el desconocido puerto de Lers.

La carrera regresa a Peyragudes, cinco años después de la victoria de Romain Bardet en el pequeño aeropuerto que sirvió de escenario para el rodaje de James Bond (El mañana nunca muere), y a Hautacam, por sexta vez desde 1994.

Al salir de la montaña quedará aún por delante una contrarreloj, la segunda de esta 109ª edición del Tour, para fijar la jerarquía definitiva cerca del Santuario mariano de Rocamadour.

La segunda crono, sobre una distancia de 40 kilómetros -la más larga desde 2014-, se presenta un día antes de la llegada a París.

Una vez en la capital, el pelotón desfilará por los Campos Elíseos, unas horas después de que sus homólogas femeninas tomen la salida del primer Tour de Francia Mujeres.

Pero como afirmó Christian Prudhomme, el director del Tour: “Sea cual sea el sentido que concedamos a la confección del recorrido, no se escribe el escenario del Tour de Francia diseñando sobre un mapa”.

Con información de la AFP.