El pasado 5 de octubre, Egan Bernal volvió al país para someterse a una cirugía de rodilla y retirar un material.
Lo hizo después de competir y retirarse en la Vuelta a Dinamarca, la Vuelta a Alemania y el Giro della Toscana. Además de participar en la Coppa Sabatini, en la que ocupó el puesto 28.
Tenía planeada la Vuelta a Croacia y el Giro de Lombardía, pero priorizó su salud. Al tiempo, su mamá enfrentó la quimioterapia número 16, antes de la cirugía para extirparle el seno del próximo 25 de octubre.
SEMANA: ¿cómo vivió los momentos en los que Egan regresa a las competencias, usted en plenas quimioterapias y él, incluso, se cayó? ¿Qué tan angustiante fue?
Flor Marina Gómez (F. M. G.): por Dios, eso fue algo con muchas emociones juntas, digo yo. El día que él compitió y, que se cayó ese día, entré yo a la quimioterapia. Cuando me conectaron pude prender el televisor, dijeron que Egan se había levantado de la caída, yo asumía que era la caída de enero. Cuando dicen: ‘Egan volvió al lote después de la caída’, yo dije, ¿cómo así que se cayó? Pero gracias a Dios él estaba con el lote grande. Luego vi las imágenes, que se había caído, fue para mí demasiado, no lo podía creer porque él está lesionado y no podía caerse. Yo oraba y lloraba, eran muchas emociones juntas.
SEMANA: Egan regresó hace poco al país a una cirugía, ¿cómo está?
F. M. G.: él, cuando regresó acá, lo hizo porque ya terminaba la temporada y también porque quería llevar el control y poder realizarse la cirugía. Él fue a control a la clínica, a verse con el médico que lo había operado y cuando, ¡oh sorpresa!, me dice: ‘Mami, mañana me operan’. Es decir, él fue el miércoles y al otro día de una. Fue así de rápido y me dijo: ‘Lo bueno es que me operan. Lo malo, es que no la voy a poder acompañar a la quimio’. Pero eso era lo que menos importaba. Fue inesperado.
SEMANA: ¿en qué proceso va de esa recuperación?
F. M. G.: él ya está entrenando y el procedimiento que le hicieron no fue tan traumático. Digo yo, fue algo de cuidado, pero se ha sentido muy bien, fue una intervención de la que él salió totalmente recuperado. Incluso es tanta la capacidad que tiene de mente y de fuerza, que lo operaron el jueves y el viernes en la mañana antes de yo salir a la quimio subió a mi cuarto como si nada, sin muletas, y me dijo: ‘Mami, estoy caminando’.
SEMANA: ¿pero ya está en la bici otra vez o solo hasta 2023 en las carreteras?
F.M.G.: ya está entrenando. Lo hace porque está de vacaciones, diría yo. Lo hace porque le gusta, porque lo distrae, lo despeja y la alegría de decir “otra vez estoy montando”. Más por disfrutarlo, por compartir. Todavía no está entrenando fuerte.
SEMANA: ¿sueñan juntos, ya que afrontaron procesos de salud tan duros, que él vuelva a las grandes carreras del ciclismo?
F.M.G.: sí, muchísimas veces. Seguro en el nombre de Dios así va a ser. Él va a volver a competir, va a estar en una grande. Declaro yo, va a ser con muy buenos logros, con muy buenos resultados. De hecho, aunque no esté en un podio, que ya él esté montado sobre una bici, que esté pedaleando, que esté compitiendo, midiéndose con grandes al igual que él, aunque no quede en podium, ya es un logro muy grande. Sueño que yo esté acompañándolo, claro que sí, vamos a tener mucho tiempo, muchos años para compartir muchísimos logros y muchísimo tiempo más.
SEMANA: ¿cómo ve ese papel de gregario? ¿Es cierto que si le toca llevar el agua a sus compañeros, lo hace?
F. M. G.: es cierto, lo hace con amor.