Aunque 2022 ya está cerca de cumplir su primera mitad, la temporada para los ciclistas apenas está empezando con la disputa de la primera grande, el Giro de Italia, que inició el pasado 6 de mayo en Budapest, Hungría, e irá hasta el próximo 29 de mayo cuando se decida al campeón en una contrarreloj individual a disputarse en la ciudad de Verona.

Richard Carapaz es el gran candidato por Latinoamérica para pelear el título que ya consiguió en 2019 cuando pertenecía a las filas del Movistar. Pese a que ya tiene el trofeo Senza Fine en su palmarés, repetir en una carrera de esta envergadura es algo que muy pocos han podido hacer y se convertiría en un acontecimiento histórico para el ciclismo ecuatoriano.

Carapaz asistió a este Giro como reemplazo de Egan Bernal, vigente campeón de la edición 2021, que no pudo defender su título a raíz del grave accidente que sufrió en enero mientras entrenaba en las carreteras de Cundinamarca. El de Zipaquirá aseguró que haber conquistado el Giro fue un sueño hecho realidad, aun cuando la ambición de la mayoría de corredores es llegar con el maillot amarillo del Tour de Francia a los Campos Elíseos.

Egan es el único colombiano que ha conquistado las dos grandes más importantes de la temporada. Nairo Quintana también cuenta con dos títulos de carreras de tres semanas, pero le falta el Tour para completar esa triple corona y acabar con esos tantos años que ha trabajado en busca de subirse a lo más alto del podio en la Grande Bouclé.

El pelotón en el Giro de Italia 2022 | Foto: LaPresse

¿Cuál es más importante?

Que muchos corredores prefieran ir al Tour que al Giro tiene una razón bastante clara y es que el ganador de la carrera francesa sube directamente al olimpo del ciclismo al conquistar el trofeo más valioso que tiene este deporte siendo equivalente al Mundial de fútbol o los Juegos Olímpicos.

La duda entre ambas se disipa por el análisis mismo de los directores de equipo que planifican todo el año para inscribir a sus ocho corredores de mejor nivel en la nómina al Tour, mientras que para el Giro incluso se permite incluir algunos jóvenes de menos experiencia, siendo el caso de colombianos como Diego Camargo (EF Easy-Post) y Santiago Buitrago (Bahrain Victorious), que debutan en una grande este año.

Es decir, en una escala similar al sistema educativo en Colombia, quien tenga un buen desempeño en el Giro se podrá graduar como corredor élite (bachiller) para disputar el Tour, que son las grandes ligas del deporte pedal. Es por eso que corredores como Tadej Pogacar o Primoz Roglic prefieren tener un historial casi nulo en la corsa rosa para enfocar todos sus frentes en vestirse de amarillo a finales del mes de julio.

El esloveno Tadej Pogacar en su paso por el arco del Triunfo en París | Foto: Luis Barbosa

Aparte de lo netamente deportivo, la Grande Bouclé supera ostensiblemente a las otras dos grandes en cuanto a visibilidad a nivel mundial, presupuesto de premios para los corredores e inversión de marcas publicitarias. Se estima que cada año el Tour recibe un total de dos millones de turistas y a nivel mundial es capaz de captar hasta 3.500 millones de televidentes gracias a los miles de medios de comunicación que asisten durante un mes entero a las carreteras francesas.

El Tour de Francia hace parte de la tradición histórica de los galos como un símbolo similar a lo que representan la Torre Eiffel o los colores de la bandera. Su origen, que se remonta al año 1903, también representa una diferencia de años con el resto de carreras pues, por ejemplo, el Giro nació años más tarde como una copia de la idea de hacer una carrera que pasara por las principales ciudades bajo la organización de medios deportivos de pleno reconocimiento en sus países.