Después de regresar a competencias tras siete meses de dura recuperación, Egan Bernal destapó sus primeras sensaciones tras volver al asfalto. El colombiano disputó el Tour de Dinamarca y Alemania, carreras que dejaron gratas sensaciones para lo que viene en su carrera deportiva. Y es que más allá de los resultados, Egan se mostró agradecido con la vida y las personas que hicieron posible su regreso a la élite después de panoramas complicados que incluso lo pusieron en el retiro.
“Teniendo en cuenta la caída que tuve, el hecho de estar vivo ya es ganancia, podría estar en este momento bajo una tumba. Me sentía vulnerable, una sensación de saber si lo hacía bien o mal, pero una vez que le colocan el número y ya cuando me metí en el papel, me cambió el chip”, dijo el colombiano en charla con el periodista Héctor Urrego y el medio Mundo Ciclístico.
En su regreso a la élite, Egan confesó que tuvo muchas emociones encontradas, pues, días antes de competir, no sentía felicidad, por el contrario, nostalgia y miedo. “Me sentía nostálgico el día antes de la carrera por sentirme vulnerable. En este momento podría estar yo en una tumba. Sentí mucha incertidumbre, pensaba: ‘no me quiero defraudar’, ‘no quiero defraudar a nadie’. Voy a hacer todo lo posible para que mi líder esté lo mejor posible”, agregó.
Sin embargo, esto fue pasajero, pues una vez montado en su caballito de acero y con varios kilómetros transcurridos volvió a sentir el rigor de una carrera, incluso fue adelante del pelotón para tirar de él y recortar diferencias con la fuga. “El día de la carrera, los primeros 10 kilómetros estaba asustadísimo, después como si nada”.
Ahora bien, el colombiano no arriesgo mucho, pues a pesar de estar recuperado físicamente, los expertos y su propio equipo lo advirtieron de las consecuencias que tendría si arriesgaba y tenía una caída. “Mi entrenador me decía: ‘no quiero que se meta en ningún problema’, ‘no lo quiero ver adelante’, ‘a usted le van a dar ganas, pero no va a hacer nada’. ‘Solo quiero que acabe la carrera’.
“Si usted vuelve a tener una caída en esa parte, podría quedar en silla de ruedas”, relato el joven maravilla sobre el diálogo que tuvo con su entorno.
Egan tuvo el apoyo de millones de colombianos en los meses de recuperación, sin embargo, resaltó todos los sacrificios que hicieron familiares y allegados para verlo cada día mejor.
“Al primer mes no podía durar toda la noche acostado. Tenía mucho dolor de espalda. Mi novia dormía en un sofá, al lado mío. María Fernanda quería que yo estuviera bien. Mi mamá es mi modelo a seguir. Ella también siente que yo soy su reflejo de lo que quiere ser. Que a los dos nos haya pasado lo mismo (le diagnosticaron cáncer a ella), casi al tiempo, fue muy duro. Yo fui con ella a recibir los resultados de los exámenes, cinco horas antes de viajar a retomar entrenamientos”, contó.
Por lo pronto, Egan se toma unos días de recuperación en suelo europeo para poner su mirada en las clásicas que corren en suelo italiano y una que otra competencia de una semana.
Tras de ello, el colombiano pasará por el quirófano para ser operado de su rodilla derecha y ya pensar en lo que será el 2023, año para el cual tiene soñado competir en el Tour de Francia.