El país entero sigue reaccionando a la victoria de Santiago Buitrago en la etapa 17 del Giro de Italia 2022. Un logro que se tejió desde la primera jornada de competencias, cuando el Bahrain Victorious empezó a depositar la confianza sobre el colombiano en dos tareas principales: apoyar a Mikel Landa en el grupo de favoritos y salir a la fuga en busca de alguna fracción, como la de este miércoles.
Con 16 etapas en las piernas, el bogotano salió bajo la lluvia en Ponte di Legno e inmediatamente lanzó un ataque para propiciar la fuga que se armó con un total de 25 corredores.
Cuando cruzaron el primero de los tres puertos de montaña, el colombiano cayó bajando por una curva cerrada, pero se levantó a pesar del dolor, con el único objetivo de no perderle pisada a los escapados.
Llegó el segundo ascenso categorizado y Buitrago ya estaba de regreso como si nada hubiera pasado, ilusionado con que poco a poco se fueran desgranando los rivales de una tarde italiana que iba a ser histórica.
Antes de subir por tercera vez, ya eran solo cinco ciclistas los que continuaban con posibilidades de etapa.
La pareja entre Gijs Leemreize (Jumbo-Visma) y Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) lideraba, mientras minuto y medio atrás el colombiano marcaba el ritmo para Hugh Carthy (EF Easy-Post) y Jan Hirt (Intermarché-Wanty-Gobert). Buitrago se cansó de tener a esos dos colegas pegados a la rueda y salió al ataque con medio puerto por coronar.
Pasó a Van der Poel como si nada, luego alcanzó a Leemreize y también siguió de largo pasando primero en el Monte Rovere. Ahora, solo faltaba que cumpliera con un descenso muy técnico y cruzara la meta manteniendo la diferencia que ya era lapidaria frente a los dos neerlandeses a los que dejó en el camino.
Como si tuviera la experiencia de mil carreras, el bogotano de 22 años llegó en solitario sin ayuda de ningún otro que pudiera representar amenaza para la tan anhelada victoria de etapa.
Apretando los dientes, Buitrago vio a lo lejos la señalización de la meta y allí supo que estaba hecho, el sueño iba a cumplirse.
Hubo lágrimas al cruzar la meta, pero esta vez fueron de alegría inmensa por llegar más rápido que cualquier otro ciclista de los que tomó la partida este miércoles. A escasos metros de la llegada lo esperaban los miembros del staff del Bahrain, quienes tuvieron el honor de darle el primer abrazo después de meterse en la historia del Giro.
Miles de fotógrafos apuntaron sus lentes hacia Santiago Buitrago, pero solo uno logró el ángulo perfecto para captar el momento en el que estuvo a punto de desmayarse por el gran esfuerzo que implica pasar tres puertos de montaña, caerse, levantarse y encima aplicar un ritmo endemoniado para recortar un minuto de diferencia con el viento de cara antes de saborear la victoria.
De ahora en adelante, Colombia puede decir que pasó a tener 32 victorias en la historia de la corsa rosa y, mucho más importante, que tiene en el bolsillo a un ciclista ambicioso, soñador y valiente para el futuro.
“A toda la afición colombiana, muchas gracias por todo el apoyo que me han venido brindando. Esto es para ellos, para mi familia y para toda la gente que siempre ha estado ahí”, dijo Santiago un poco más calmado en zona mixta, dedicando el triunfo a los compatriotas que encendieron sus pantallas este miércoles para acompañarlo.
El bogotano del Bahrain Victorious hoy le da la vuelta al mundo, protagonizando las portadas de los diarios deportivos, pero aún tendrá tiempo de sobra para seguir escribiendo la gloriosa leyenda de los escarabajos.