La afición de Dinamarca ha sido aplaudida por todo el mundo a raíz del éxito que fue el inicio del Tour de Francia 2022, este fin de semana que pasó. Aun cuando tradicionalmente la carrera pertenece a territorio galo, los daneses hicieron suya la competencia más importante de la temporada, ganándose de esa manera la oportunidad de ser contemplados nuevamente en un futuro cercano.

Banderas, cascos vikingos y graciosos disfraces sobre la ruta fueron la constante desde que Copenhague recibió la contrarreloj inicial y Sonderborg despidió con un intenso esprint en el que el ganador fue el neerlandés Dylan Groenewegen (Bike Exchange). Ahora el pelotón ya se encuentra rumbo al sitio de salida de la etapa este martes, ya en territorio francés, donde se espera que la bienvenida sea igual o mejor de lo que mostró Dinamarca como sede de la grand depart (gran salida).

Aún con el colorido de las calles y la efusividad de los fanáticos en cada una de las tres etapas, hay quienes no quedaron tan contentos con el paso del Tour por el país escandinavo, a raíz de la cantidad de personas que asistieron sin tapabocas poniendo ‘en riesgo’ la salud de los ciclistas en medio de unas estrictas reglas exigidas por la UCI para evitar un brote de contagios dentro de la burbuja.

Imágenes de las calles danesas durante la etapa 3 del Tour de Francia 2022 | Foto: @LeTour

El gerente del Jumbo-Visma, Richard Plugge, mostró su preocupación por la alta probabilidad de perder a uno de sus ciclistas si la organización no hace algo para prevenir el contacto con el público. “Ya nadie lleva mascarilla. Y la gente simplemente no entiende lo importante que es mantener la distancia”, dijo a VeloNews, después de aterrizar este lunes en Francia.

Plugge recrimina que dentro de los equipos han tenido que seguir las normas como hace un año, pero a los fanáticos les permiten acercarse a los deportistas sin seguir ningún protocolo. “Estamos haciendo lo mismo que hicimos para proteger a nuestros pasajeros y al personal. El único problema es que ves por aquí que nadie tiene protocolos ni medidas”, apuntó.

El Jumbo cuenta con altas aspiraciones en esta edición del Tour, por lo que perder una ficha sería catastrófico para los intereses de Primoz Roglic para el maillot amarillo y Wout van Aert en la clasificación de los puntos. “El resto del mundo piensa que se acabó, pero no se acabó”, recriminó el dirigente del conjunto neerlandés.

Aunque sus ocho ciclistas inscritos inicialmente siguen en competencia, el Jumbo sí se tuvo que privar de tener a su director deportivo Merjin Zeeman entre los viajeros, a raíz de un contagio de la covid-19 en la antesala a la carrera. Sumado a esto, se vieron obligados a retirar toda su plantilla del pasado Tour de Suiza previniendo un brote de casos que al final se hizo realidad.

Plugge asegura que ha tenido que intensificar los cuidados dentro del equipo para evitar al máximo el contacto con los aficionados. “No hago muchos amigos porque estoy alejando a muchos daneses de Jonas y del resto de los ciclistas. Les pedimos a los fanáticos que mantengan su distancia”, remarcó de cara al desenlace de la primera semana de competencias.

Aún con esa preocupación, el conjunto neerlandés goza de tener al líder de la clasificación general, el belga Wout van Aert, que, de todas formas, no es su candidato a pelear por el título frente al esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates). De ahora en adelante, con la llegada de los puertos de montaña, activarán la estrategia para seleccionar el grupo de favoritos y darle prioridad a las piernas de Vingegaard y Roglic como las principales amenazas del trofeo que se les escapó en la última etapa de 2020, cuando Primoz falló en la contrarreloj y le dejó servida la victoria a su compatriota.