El Tour de Francia retiró este jueves su denuncia contra la espectadora acusada de estar en el origen de la multitudinaria caída de la primera etapa, entre Brest y Landerneau, informó su director Christian Prudhomme en la salida de la sexta etapa en la ciudad de Tours.

“Esto tomó proporciones locas”, declaró a la AFP el director del Tour. “Queremos apaciguar las cosas y sobre todo que el mensaje cale entre el público. Se trata de recordar las medidas de precaución en la ruta del Tour”, señaló.

“Es necesario que todos se tranquilicen”, añadió Christian Prudhomme antes la dimensión mediática que suscitó el tema los últimos días.

La espectadora, una francesa de 30 años, fue detenida el miércoles y seguía estándolo este jueves, según la gerdarmería de Finistère.

Las autoridades contemplaron la posibilidad de que la mujer fuera alarmada y hubiera escapado del país, pero luego encontrada.

El sábado, en la primera etapa del Tour, una espectadora que agitaba una pancarta, dando la espalda a la dirección que tomaba la carrera, fue atropellada por el pelotón, provocando de gran parte del pelotón.

La joven espectadora de abrigo amarillo se encontraba al borde de la carretera esperando el paso de los pedalistas a 45,6 kilómetros con una pancarta de cartón saludando a sus abuelos. En el letrero se leía “Allez Opi-Omi” que traduce “Vamos, abuelo y abuela”. La primera palabra está escrita en francés y las dos siguientes en alemán.

El domingo, la gendarmería de Finisterre anunció la apertura de una investigación judicial por " lesiones involuntarias con incapacidad no superior a tres meses por violación manifiestamente deliberada de una obligación de seguridad o prudencia”.

Luego se había lanzado una convocatoria de testigos para encontrar al espectadora utilizando Facebook para hallar información para dar con el paradero de la mujer.

“La espectadora que provocó este accidente abandonó el lugar antes de que llegaran los investigadores. Llevaba gafas y vestía jeans azules, suéter de rayas rojas y blancas, chaqueta amarilla (encerada). Ella sostenía un cartel con la inscripción ′ ‘¡ALLEZ OMI-OPI!’”, agrgó

“Se ruega a cualquier persona que tenga información que llame al Centro Operativo de la Gendarmería de Finistère”, concluyó la autoridad local.

Según un informe del periódico francés L’Equipe , la policía la fanática que podría enfrentar un año de prisión y 15.000 euros por sus cargos.

¿Qué pasará ahora?

Ahora el futuro de la mujer depende de si los ciclistas afectados la denuncian. Cabe recordar que, Jasha Sutterlin, de DSM, fue uno de los peores parados de esta caída masiva, por lo que tuvo que abandonar el Tour de Francia. El mismo destino lo tuvo Marc Soler con tres fracturas en los brazos.

Soler manifestó que su intención es denunciar a la mujer culpable de la caída luego de impactar a Tony Martin con el cartel y se quejó de la ACP (Agrupación de Ciclistas Profesionales) y la UCI al no mejorar las condiciones para evitar este tipo de incidentes.

“No sé que voy a hacer, estoy meditando denunciar a la espectadora, porque es todo un Tour lanzado a la basura y siento mucha rabia. Tenemos una organización, la Agrupación de Ciclistas Profesionales, que debería defendernos. Para poner la mano, funciona, pero de trabajar, poco. Y la UCI sólo se preocupa de medidas estúpidas como la de los bidones, pero en las cosas serias como nuestra seguridad, no se mete. Solo están para tonterías, pero como a final de mes les debe de ir bien, no se preocupan del resto. Esto es un negocio, cada uno va a lo suyo y los ciclistas somos los que ponemos el cuerpo”, dijo un duro Soler.

“Estoy teniendo un año complicado. Primero la caída del Giro y ahora ésta. La del Giro me fastidió, porque era una carrera que había preparado a fondo y tenía una gran oportunidad. Pero la del Tour es aún peor, porque no ha sido por una circunstancia de carrera sino por una espectadora a la que es evidente que no le gusta el ciclismo. Toda la preparación a la basura”, señaló Soler.

El español también explicó las circunstancias del accidente: “La caída llegó en un punto en el que la carretera se estrechaba mientras estábamos buscando posiciones (...) Íbamos por la zona delantera, que es la posición más segura por si hay algún enganchón y de repente vi que los Jumbo caían a mi derecha y delante y me choqué con Teunissen. Salí volando, di una voltereta y me apoyé con las dos manos. Me dolían mucho y también tenía un golpe en la cara y en el hombro. Intenté levantarme y no podía, no tenía fuerza en los brazos (...) Quedaban 50 kilómetros y me dijeron que probara a ver y que en la meta ya me explorarían. No sé cómo pude, porque me era imposible cambiar y frenar, no tenía fuerzas”.