Vestirse con el maillot de los puntos azules, es decir, como el mejor de la montaña era el objetivo de la etapa 2 en la Vuelta a España entre ‘s-Hertogenbosch y Utrecht, disputada sobre un recorrido de 175,1 kilómetros y con un único obstáculo que requería superar un puerto de 3.ª categoría.
Julius van den Berg (EF Education-EasyPost), Jetse Bol (Burgos-BH), Pau Miquel (Equipo Kern Pharma), Xabier Mikel Azparren (Euskaltel-Euskadi) y Thibault Guernalec (Team Arkéa-Samsic) conformaron la primera fuga del día.
“El Alpecin-Fenix tiró muy fuerte del pelotón porque la escapada llegó a tener 5 minutos y antes que nos diéramos cuenta estaban a 10/15 segundos. Llamaba la atención que neutralizaran a 80/90 km de meta a la fuga de cinco corredores”, resaltó Alberto Contador.
La disputa en el Alto de Amerongse (4.ª categoría) Contador la describió como una batalla de ataques sobre pedales. Pese a varios movimientos, la meta de la montaña la cumplió el neerlandés Julius van den Berg (EF Education-EasyPost).
“Pasado el puerto, el pelotón del Alpecin-Deceuninck no quería sorpresas, tiraron y neutralizaron a los cinco corredores. Saltó Luis Ángel Maté, que tiene un motivo solidario: por cada kilómetro que haga en fuga, plantará un árbol. 25 árboles en zonas que sufren por los incendios en España”, resaltó el exciclista español como labor social del Euskaltel-Euskadi que estuvo cerca de 25 kilómetros en cabeza de carrera.
Terminada la aventura social del español, el esprint intermedio en la base aérea de Soesterberg fue ganado por Mads Pedersen.
Asomándose la carretera llana, la tensión aumentó al tiempo que la velocidad. Una caída fue protagonista de la jornada en la que Wout Poels, Kamil Malecki y Steff Cras se vieron involucrados.
“No ha habido muchas caídas, salvo una en la parte final que no afectó a la clasificación general, teniendo en cuenta que estaba dentro de los últimos 3 km. En el esprint había bastante tensión”, puntualizó el ganador de esta competencia en 2008, 2012 y 2014.
En los equipos que se mostraban dominantes, el campeón belga Tim Merlier del Alpecin-Deceuninck y Luis Ángel Maté del Euskaltel-Euskadi batallaron pedalazo a pedalazo buscando la victoria.
Después de neutralizar a Merlier, Maté probó suerte con una escapada en solitario que ha durado unos 25 kilómetros. Se sumó a la veloz pelea Mads Pedersen (Trek-Segafredo), Mike Teunissen (Jumbo-Visma) y Sam Bennett (Bora-hansgrohe), que quería repetir triunfo como en las ediciones 2019 y 2020. Su deseo dio resultado y con potencia el irlandés se impuso.
“Aunque el favorito en las apuestas era Tim Merlier del equipo Alpecin-Deceuninck, se llevó ‘el gato al agua’ Sam Bennett. El velocista llevaba tiempo sin conseguir una victoria con tanta autoridad como hoy”, analizó Contador.
Cabe resaltar que, en el tramo final, el colombiano Juan Sebastián Molano luchó incansablemente con los demás trenes de velocidad para que Pascal Ackermann se impusiera, pero no logró esa meta.
Utrecht, destino habitado en un 20 % por estudiantes debido a sus atractivos centros educativos, dejó una gran lección para Alberto Contador.
“Que no haya noticias son buenas noticias. Tanto público e isletas, que todos estén a salvo, es una gran noticia”, destacó el exciclista nacido en Pinto, España.
Mike Teunissen es el nuevo líder, quitando el maillot rojo de Robert Gesink antes de despedirse en la tercera jornada de Países Bajos con una fracción en terreno plano con 193,2 kilómetros por los alrededores de la ciudad de Breda.
“Mañana, final al esprint. Únicamente la diferencia es que puede ser una etapa más nerviosa. La tensión o la alta velocidad puede provocar alguna que otra caída. Crucemos los dedos para que no sea de esa manera y lleguen a la Península Ibérica en óptimas condiciones”, anticipó Contador, teniendo en cuenta que este domingo se competirá sobre un terreno más propio de las clásicas del norte.