En los Campos Elíseos, con un calor sofocante, terminó la versión 108 del Tour de Francia. El esloveno Tadej Pogačar ganó la carrera por segundo año consecutivo y, a todas luces, parece haber iniciado una nueva dictadura en la Grande Boucle, idéntica a la que comenzó Eddy Merckx en 1969, cuando venció por 17 minutos y 54 segundos al francés Roger Pingeon. Ese año, el tercer y el cuarto puesto fueron ocupados por Raymond Poulidor y Felice Gimondi.
Para ese año, ‘El Caníbal’ ya se había embolsillado un título mundial, en 1967, y el Giro de Italia de 1968, además de unos cuantos ‘Monumentos’. Pero nadie se atrevía a pronosticar lo que vendría después: 5 títulos del Tour, 5 del Giro, uno de la Vuelta, 19 ‘Monumentos’ y tres campeonatos mundiales.
También es difícil pronosticar lo que sucederá con Tadej Pogacar, el maravilloso esloveno nacido en Komenda, ese pueblo pequeño pero festivo, donde hoy es difícil encontrar un espacio en los bares o en los restaurantes, porque todo el mundo está en las calles celebrando.
Tadej ya lleva dos títulos y solo tiene 22 años de edad. Su techo parece inalcanzable, por ahora.
“No es posible compararlo con Eddy Merckx, que es el más grande de todos. Pogi está iniciando su propio camino y tiene muchos rivales buenos”, ataja Joxean Fernández, ‘Matxin’, desde la tribuna del UAE Team.
Sin embargo, otros corredores y excorredores, como Chris Froome o Andy Schleck, opinan lo contrario.
“Mientras esté sentado sobre su bicicleta, esta y cualquier otra carrera estarán terminadas”, dijo hace poco Froome, perdido en la cola del pelotón, después de haber sido emperador del Tour durante cuatro años.
“Es el mejor de todos. Es el mejor de lejos, pero no sé si tiene fecha de caducidad. En mis tiempos, los jóvenes no eran tan fuertes como ahora”, señala Schleck, quien ahora trabaja para uno de los patrocinadores de la carrera.
El Tour lo terminaron 142 corredores, entre ellos cinco colombianos. Solo se retiró Miguel Ángel López, del Movistar, quien sufrió diversas caídas a lo largo del recorrido. También se vio muy golpeado Sergio Luis Henao, del Qhubeka, quien ayer, en la crono, a punto estuvo de bajarse de la bicicleta.
El antioqueño terminó fracturado en la rótula de su brazo izquierdo, pero terminó con valor. Ahora, espera estar sano para los Juegos Olímpicos y la Vuelta a España.
Sergio Higuita y Esteban Chaves estuvieron en muchas fugas pero no pudieron conquistar etapas. Para Sergio, la satisfacción es haber terminado, luego del abandono por caída del año pasado. Chaves, por su parte, culminó en un honroso puesto 13, en el que será su último año con el Bike Exchange.
Nairo Quintana quiso reconvertirse, reformar su carrera y se olvidó de la general individual. Le apunto a los premios de montaña, pero Pogačar dinamitó muy rápido la competencia y muchos de los “capos” se volcaron hacia la camiseta de pepas. Entre todos se quitaron puntos y dejaron el camino expedito para Pogi, quien también se alzará con ese premio.
Rigo fue el mejor de todos. El veterano del Education First demostró que, con disciplina y sin dejar de lado las labores como padre y empresario, también se puede seguir siendo competitivo. Durante 17 días estuvo en los puestos de vanguardia, pero la montaña de los Pirineos lo hizo trizas, y finalmente se ubicó décimo.
“No puedo decir que no lo lamento, pero así es el ciclismo. Ahora solo me queda mirar hacia adelante y mejorar, y esperar nuevas carreras”, dijo Rigo, una estrella del ciclismo muy querida en Francia.
La general quedó en manos de dos jóvenes de la nueva súper generación: Tadej Pogačar y Jonas Vingegaard. Los dos parecen bestias creadas en laboratorio. Capaces contra el reloj, en el llano y en la montaña. Capaces bajando, capaces manteniendo el control.
Es un nuevo mundo, un nuevo ciclismo y, el esloveno de los ojos tibios, parece haberse autoproclamado nuevo emperador.