La ciclista transgénero Emily Bridges fue declarada “no elegible” para participar este fin de semana en la prueba femenina del campeonato nacional británico en la prueba de ómnium.

Bridges había sido autorizada, inicialmente, a inscribirse en el marco de la política de participación de corredores transgénero y no binarios de British Cycling.

Esa organización declaró en un comunicado haber sido informada “por la Unión Ciclista Internacional (UCI) de que (...) Emily no es elegible para participar en el evento”.

La prueba se disputa el sábado en Derby, con la presencia especialmente de la cinco veces campeona olímpica Laura Kenny.

Según las informaciones del diario británico The Guardian, Emily Bridges, que comenzó una terapia hormonal el año pasado, debe esperar a la expiración de su registro UCI como corredor masculino antes de poder competir en categoría femenina.

El reglamento de British Cycling, actualizado en enero de 2022, exige que se demuestre una tasa de testosterona baja durante doce meses antes de la competición.

La decisión inicial de autorizar a Bridges para competir este fin de semana había suscitado una gran controversia. Otras deportistas amenazaban con boicotear la carrera.

“No habría sido justo pedir a Laura Kenny y a las otras corredoras, que debían enfrentarse a Bridges, que tuvieran que correr contra una rival que tiene las ventajas de un hombre biológico”, declaró por su parte la exnadadora olímpica británica Sharron Davies, el jueves en el Times, precisando que “ninguna reducción de testosterona puede atenuar eso”.

Hace diez días, el presidente de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics), Sebastian Coe, expresó en el mismo periódico su temor a ver fragilizarse el deporte femenino por la participación de competidoras transgénero.

“Debemos confiar lo más posible en la ciencia”, declaró Coe, para quien “no hay ninguna duda de que la (tasa de) testosterona es el determinante clave del rendimiento”.

Las palabras de Coe llegaban unos días después de la participación de Lia Thomas, una nadadora transgénero en los campeonatos universitarios estadounidenses en Atlanta, donde ganó las 500 yardas en estilo libre con más de un segundo y medio sobre la segunda.

El caso de Lia Thomas, que en el pasado compitió en pruebas masculinas, ha generado división en la opinión pública en Estados Unidos. Sus detractores estiman que cuenta con una ventaja fisiológica injusta.

Debate en USA

Dos gobernadores republicanos estadounidenses vetaron esta semana proyectos de ley destinados a prohibir que las menores transgénero participen en competiciones deportivas femeninas en los colegios de sus estados.

En contra de los congresistas de su propio partido, los gobernadores de Indiana (este) y de Utah (oeste) han bloqueado proyectos de ley porque consideran que no resuelven ningún problema real.

La medida “presupone que hay un problema en el deporte escolar” y que “las competiciones deportivas femeninas no son justas”, pero “después de un examen exhaustivo, no encuentro evidencia que respalde ninguna de las afirmaciones”, dijo el lunes Eric Holcomb, al frente del estado rural de Indiana.

El gobernador de Utah hizo lo propio el martes. “Políticamente sería mucho más fácil para mí firmar el proyecto de ley, pero siempre he tratado de hacer lo que creo que es correcto, independientemente de las consecuencias”, escribió Spencer Cox, y señaló que solo cuatro niños transgénero, incluida una que compite con niñas, estaban inscritos en clubes deportivos escolares en Utah este año.

“No dominan nada, ni ganan trofeos ni tienen becas, solo quieren hacer amigos”, escribió. “Rara vez hemos visto tanto miedo e ira dirigidos contra tan pocas personas”.

“Quiero que vivan”, justificó, y recordó que el riesgo de suicidio era mucho mayor entre los jóvenes transgénero.

Con información de la AFP.