Sin Vingegaard, ni Pogacar, ni Egan Bernal entre los inscritos, los organizadores de la Vuelta a España 2022 les rezan a todos los santos para que otro de los grandes capos no se baje en esta última semana camino al pistoletazo inicial de la carrera en Utrecht (Países Bajos), el próximo viernes 19 de agosto.
Después de triunfar en los pedales de otros dolientes, la dirección del Jumbo-Visma ha puesto todas las monedas por un título más de Primoz Roglic, que ya sería el cuarto consecutivo. No obstante, las consecuencias de la fuerte caída que sufrió en la primera semana del Tour todavía mantienen en duda su presencia, situación que se resolverá después de este fin de semana.
De acuerdo con la información de la Gazzetta dello Sport, los directores del equipo neerlandés esperarán hasta el próximo lunes para comunicar una decisión oficial en torno a la presencia, o no, del esloveno. “Decidiremos después del fin de semana, depende de su recuperación”, dijeron las fuentes al medio italiano.
A principios de este mes, el propio Roglic parecía haber disipado las dudas con una foto sonriente de regreso en la bicicleta, sin embargo, el cuerpo médico no está tan convencido de haber superado el golpe en las costillas y el hombro, que le costó el abandono en el Tour cuando Vingegaard y Van Aert más lo necesitaban.
Con dolor y todo, Roglic alcanzó a ser determinante para destronar a Pogacar del primer lugar de la general en la grande bouclé. Después del deber cumplido y con una pérdida de más de una hora en la general, todos los caminos llevaban a un retiro que, finalmente, se anunció antes de la tercera y crucial semana.
A término del Tour, una primera ‘sombra’ cayó sobre Roglic, pues versiones de prensa apuntaron a una fractura en dos vértebras, versión que no fue confirmada ni desmentida de parte de su equipo en las últimas semanas. El Jumbo se ha dedicado a jugar al silencio, montado en la ilusión de tener a su gran capo en una Vuelta escasa de figuras, pero que promete una lucha pareja entre Simon Yates (Bike Exchange), Remco Evenepoel (Quickstep) y el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos Grenadiers), además de las cartas colombianas que estarán en los pedales de Nairo Quintana (Arkéa-Samsic) y Sergio Higuita (Bora-Hansgrohe).
Si es que el esloveno no alcanza a recuperarse para la ronda ibérica, no habrá un claro favorito al título después de tres años de hegemonía, panorama abierto para una definición apasionante en la montaña.
La caída
Para ver la magnitud de la lesión, hay que recordar el mencionado incidente de carrera en el clímax de la etapa 5. Justo antes de cruzar por el primer camino de adoquines, fue Jonas Vingegaard el afectado al sufrir un problema mecánico que desencadenó en múltiples cambios de bicicleta sobre la ruta. El danés logró recomponerse y conectó con el grupo principal antes que Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) iniciará su nuevo zarpazo en busca del maillot amarillo.
Fue durante ese momento de tensión en el que el Jumbo perdió a Roglic, que cayó por culpa de un cojín de paja mal ubicado por la organización. Los ciclistas que encabezaban el lote lograron esquivarlo haciendo uso de sus reflejos felinos, pero el tres veces campeón de la Vuelta a España fue víctima de la velocidad y terminó cayendo junto al velocista australiano Caleb Ewan (Lotto-Soudal).
Las consecuencias de esta caída se sintieron inmediatamente, pues Roglic no pudo subir a su bicicleta a raíz de una luxación en el hombro que tuvo que corregir por sí mismo. “Tuve que parar y pedir prestado un asiento de espectador para ponerme el hombro en su lugar”, confirmó el ciclista después de cruzar por línea de meta.
Lo cierto es que el esloveno continuó en carrera unos días más, pero terminó manifestando lo que hoy se está dando por confirmado en la prensa especializada. “Tengo mucho dolor. Cada pedalada que doy sentado es como si me clavaran un cuchillo en la espalda”, dijo días después de la dolorosa caída que ahora lo tiene en duda para su defensa del título en España.