Para conseguir una transformación memorable en pantalla, el talento del actor y el del maquillador deben ser indivisibles, alimentarse el uno del otro. Pero si algo ha aprendido el artista y maquillador japonés Kazu Tsuji en su recorrido en Hollywood es que los actores no siempre están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias con él. Por su parte, Tsuji ha demostrado que aquellos y aquellas que deciden acompañarlo en su visión suelen ser recompensados.
Con Jim Carrey vivió una experiencia traumática en How the Grinch Stole Christmas que casi lo aleja por siempre de la industria del cine. Muchos años después, regresó por pedido exclusivo de Gary Oldman, una decisión que resultó acertada -para ambos- por donde se le mire. Oldman se convirtió en cuerpo y alma en el político británico y, por ese papel en Darkest Hour, ganó su primer Óscar a Mejor actor. Tsuji también se llevó el reconocimiento a Mejor maquillaje por primera vez en su carrera. Y por la increíble factura de su trabajo nunca hubo duda de que se iba a llevar el premio.
A pocas semana de la entrega 92 de las estatuillas doradas, algo se sabe: Tsuji ha vuelto a ser premiado por su trabajo en la película Bombshell (El escándalo) y la actriz Charlize Theron, a quien maquilló y transformó en la presentadora Megyn Kelly, también fue nominada a Mejor actriz. Muchos consideran que frente al trabajo que logró con Churchill, este es un logro menor, pero si se ha visto la cinta (un recuento ágil del escándalo de acosos sexuales que tumbó al cerebro de la cadena Fox News), se entienden perfectamente ambas nominaciones y posteriores reconocimientos. Desde su postura, su voz y sus gestos, Theron saca el máximo provecho del trabajo de Tsuji. Sus trabajos son uno.
Como relata en esta entrevista exclusiva con ARCADIA, Tsuji vivió una gran experiencia laboral con la sudafricana. Después de todo, ella le pidió hacer parte del proyecto. Nicole Kidman, no tan amiga de pasar horas en la silla de maquillaje, solo permitió parte de lo que Tsuji tenía planeado para transformarla en Gretchen Carlson. Ambas actrices hacen un gran trabajo, pero no queda duda de que, de haberse librado al plan del maquillador y de su equipo, Kidman también hubiera lucido idéntica al personaje que interpreta.
Tsuji recibió la llamada de ARCADIA y esto dijo sobre su trabajo, su carrera, trabajar con Theron y John Lithgow y lo que opina de la decisión de The Irishman de rejuvenecer a sus actores con tecnología.
Kazu, ¿alguna clave para dividir su tiempo entre Hollywood y sus esculturas?
La verdad, hago todo lo que hago porque escojo hacerlo, y con esa voluntad logro manejar todo lo que asumo. En el fondo, crear es mi pasión, eso me basta.
¿Qué tanto le cambió la vida haber ganado el premio Óscar en 2018?
Cambió todo. Tener el Óscar significa no tener que explicarle a nadie lo mucho que puedes hacer y lo bueno que eres. Especialmente en nuestro campo, el del maquillaje, no hay propiamente un licencia o un gremio o certificado, así que poder decir "gané el Óscar" te certifica, más allá de la satisfacción personal. Eso te abre puertas, te pone en conversaciones con productores y/o estudios. Y, mejor aún, ahora puedo pedir lo que necesito para crear mis diseños y maquillajes y todos acceden a darme lo que quiero. Ya no tengo que convencer a nadie de que tal o tal pedido es de vital importancia. Me ha ayudado muchísimo.
¿Qué lo llevó a trabajar en Bombshell?
Es una historia de enlaces. Yo venía trabajando en la segunda temporada de Mindhunter (una serie de Netflix sobre asesinos seriales y el área del FBI que empezó a estudiarlos creada por David Fincher). Charlize Theron fue una de las productoras de esta serie, y por eso pudo ver mi trabajo de cerca. Así que fue ella quien me llamó y me pidió trabajar en Bombshell.
Junto con Gary Oldman lograron cada uno ganar un premio Óscar, y ahora trabaja con Charlize Theron. ¿Cómo le fue con ella?
Antes de trabajar juntos, la admiraba mucho, la consideraba una excelente actriz. Yo me pongo nervioso cuando voy a trabajar por tanto tiempo con alguien, me pregunto cómo será, y con Charlize los nervios se fueron rápidamente. Es una persona maravillosa y, además, alguien supremamente inteligente y capaz de manejar muchos tipos de presión y exigencia, pues también fue productora de este proyecto.
Theron, productora de la serie Mindhunter, vio de cerca el trabajo de Tsuji. Por eso le pidió trabajar juntos.
Es muy valiente, además, no tuvo lío en asumir las sesiones largas de maquillaje, que no son fáciles. Asumió con gracia su transformación en Megyn Kelly y por eso siempre fue agradable encontrarnos en las mañanas y trabajar. Vale decir, es una mujer muy bella en persona, aún más de lo que se ve en pantalla, y tiene un sentido del humor fantástico, que incluso raya con lo inapropiado y con las malas palabras. Disfruté muchísimo trabajar con ella.
En general, en esta producción trabajó gente muy amable, y creo que es la primera vez que disfruté tanto trabajando en una película.
Su equipo tuvo varios retos, y logró resultados impactantes con personajes que aparecen brevemente como Bill O‘Reilly, y claro, con John Lithgow, quien interpretó a Roger Ailes, ¿qué anécdotas le dejó Bombshell?
No lo parece pero John Lithgow es un tipo muy dulce. Cuando le planteamos la idea de lo que haríamos con él para su personaje, expresó que realmente no quería todo ese tratamiento en su rostro. Había tenido una terrible experiencia en el pasado y quería evitarlo a toda costa. Y también mencionó un aparato que tuvo que usar en The Crown y le hizo el rodaje muy difícil.
John Lithgow (Roger Ailes en la cinta) llegó prevenido, pero disfrutó mucho el trabajo con Tsuji.
Entonces le dije, "Hagamos un test al menos y decides si lo apruebas o no". Lo hicimos y, tan pronto comenzamos y trabajamos en la nariz, notó lo real que se veía. Y entre más avanzamos, más quiso hacerlo. Comenzó a disfrutar la transformación. Incluso, aprovechó el tiempo que durábamos maquillándolo (unas tres horas por sesión) para escribir poemas que reunió y publicó en el libro ‘Dumpty‘, sobre el presidente Trump.
Kazu, los productores de ‘The Irishman’ optaron por usar tecnología y computación para sus actores, ¿cómo ve usted este camino?
No sé si puedo hablar mucho sobre esto, el contrato me lo impide en cierta medida. Puedo decir que creo que el trabajo está muy bien logrado y, en esta industria, lo más difícil de hacer es precisamente rejuvenecer a alguien, por computador, por maquillaje, como sea.
También debo decir que, por eso, me confundió un tanto ver la cinta. Es difícil determinar qué tan viejos son. En teoría, en los flashbacks más viejos vemos a Robert De Niro en sus treintas pero su cuerpo no es el de alguien joven. Tenían el rostro joven en un cuerpo viejo, así que el punto débil fue el balance, no hubo tal. Creo que han debido usar el cuerpo de una actor más joven con ese rostro. Los movimientos, manierismos y postura también transmiten edad.
Por último, considero que nos obliga a los maquilladores a mejorar nuestra práctica. Mientras que sigamos haciendo un gran trabajo, y cuando los actores vean al espejo y perciban a alguien más, tendremos trabajo.
¿Viene algún trabajo nuevo en el cine, o se enfocará en las esculturas?
Haré ambas cosas. Seguiré creando.
Qué significa para usted que Charlize Theron haya sido nominada a Mejor actriz?
Es mi meta. Realmente quiero que Charlize gane todo lo que pueda. Me haría muy feliz ver la cinta exaltada por personajes en los que trabajé.
Ha relatado cómo, a los 17 años, una revista FANGORIA le cambió la vida. ¿Qué pensaría ese chico de 17 viéndolo hoy a usted y lo que ha conseguido?
La verdad, no lo sé -ríe-. No imaginé jamás en este lugar, y eso es algo positivo.
Su papel es bueno, pero Nicole Kidman no accedió a todo el plan que le propuso Kazu y se nota.