El documental, filmado por la cineasta, fotógrafa y actriz jamaicana Esther Anderson, estuvo perdido durante casi 30 años. Anderson estaba asistiendo a un evento organizado por la disquera británica Island Records en Nueva York, Estados Unidos, a finales de 1972, cuando su compatriota Bob Marley entró. "Él no sonrió pero era muy hermoso, con rasgos fuertes, y me recordó a Jimi Hendrix", le cuenta ella a la BBC. Bob Marley había sido invitado por el productor Chris Blackwell, quien había contratado poco antes a los Wailers para Island Records. La banda estaba en una gira promocional de su primer álbum, "Catch a Fire", aunque en ese momento las ventas eran bajas. Anderson acababa de co-protagonizar en "Un cálido diciembre" con Sidney Poitier. Debido al éxito de esa película, Bob Marley le dijo que sabía de ella y que había estado siguiendo su progreso en el periódico The Gleaner en Jamaica. Después de oír el primer álbum de los Wailers, Anderson se dio cuenta del potencial enorme del grupo.   "Un forastero" Oí las letras y escuche la música, y supe que era una música original con letras originales", dice. El mundo en 1973 era muy diferente: la idea de un supergrupo jamaicano al estilo de los Beatles o los Rolling Stones era radical. Para ayudar en la publicidad para el relanzamiento del álbum, Anderson decidió fotografiar y filmar a Marley, mientras que viajaban por el Caribe con el abogado de Island Records y su novia, y con Jim Capaldi, el baterista del grupo de rock británico Traffic, que estaba contratado por la misma disquera. "Bob entonces no era famoso y se ve en las imágenes… él era como un forastero, no está realmente con ellos", dice la realizadora. De regreso a Jamaica, ella continuó filmando con su cámara Super 8 y fotografiando a todos los miembros de los Wailers. Un momento registrado por su cámara es muy especial para Esther Anderson. "Lo llamo un momento humano", dice mientras señala una de sus fotografías que muestra a Bob Marley ayudando a un hombre a cambiar un neumático de un auto. "El taxi se rompió. Bob salió del carro, cogió el neumático y comenzó a ayudar al hombre a cambiar la rueda", explica. "Aquí está este tipo que pensaba que no era lo bastante grande como para ayudar a otro ser humano. Para mí fue algo muy sorprendente, humano y natural".   Debajo de la mata de mango Otras de sus fotografías muestra a Bob Marley sentado debajo de una mata de mango.   "Bob llamaba a esto su oficina", cuenta Anderson, "porque él decía que 'un hombre que se sienta detrás de un escritorio te puede estafar de mil maneras'. Por eso, si Chris quería reunirse con él tenía que hacerlo debajo de la mata de mango". Gran parte de las imágenes fueron filmadas en Island House, situada en el número 56 de la calle Hope, en Kingston, Jamaica, donde entonces se encontraba una oficina de Island Records y ahora está el museo de Bob Marley. El objetivo era incluirlas en un documental que ofreciera lo que la realizadora llama un retrato íntimo de los músicos, con el fin de ayudar a los Wailers a obtener un reconocimiento público más amplio. "Rodaba la película para mostrarla en las universidades porque era así que lanzábamos a todos nuestros artistas. Los estudiantes eran los primeros en adoptar la música en Estados Unidos", dice Esther Anderson. Pero no era fácil. Ella tuvo que utilizar el dinero que había ganado por su actuación en "Un cálido diciembre" para financiar la filmación. "No tenía ningún presupuesto. Chris me dio la luz verde pero tuve que hacerlo con mis propios medios. Reuní a un equipo, conseguimos los aparatos y comenzamos a filmar", dice Anderson. Los Wailers originales -Bob Marley, Peter Tosh y Neville Livingston (más tarde rebautizado como Bunny Wailer)- pasaban los días en la calle Hope "hablando de filosofía y de los sufrimientos de la gente". Esther Anderson registró todo esto con su película y sus fotografías.   Rasta y reggae Anderson animó a Marley a conocer a los verdaderos rastafaris y organizó una comida campestre con Ras Daniel Hartman, el primer pintor rastafari de Jamaica y una de las estrellas de la película de 1972 "Caiga quien caiga" ("The Harder They Come"). "Bob llamaba a esto su oficina", cuenta Anderson, "porque él decía que 'un hombre que se sienta detrás de un escritorio te puede estafar de mil maneras'. Por eso, si Chris quería reunirse con él tenía que hacerlo debajo de la mata de mango". Gran parte de las imágenes fueron filmadas en Island House, situada en el número 56 de la calle Hope, en Kingston, Jamaica, donde entonces se encontraba una oficina de Island Records y ahora está el museo de Bob Marley. El objetivo era incluirlas en un documental que ofreciera lo que la realizadora llama un retrato íntimo de los músicos, con el fin de ayudar a los Wailers a obtener un reconocimiento público más amplio. "Rodaba la película para mostrarla en las universidades porque era así que lanzábamos a todos nuestros artistas. Los estudiantes eran los primeros en adoptar la música en Estados Unidos", dice Esther Anderson. Pero no era fácil. Ella tuvo que utilizar el dinero que había ganado por su actuación en "Un cálido diciembre" para financiar la filmación. "No tenía ningún presupuesto. Chris me dio la luz verde pero tuve que hacerlo con mis propios medios. Reuní a un equipo, conseguimos los aparatos y comenzamos a filmar", dice Anderson. Los Wailers originales -Bob Marley, Peter Tosh y Neville Livingston (más tarde rebautizado como Bunny Wailer)- pasaban los días en la calle Hope "hablando de filosofía y de los sufrimientos de la gente". Esther Anderson registró todo esto con su película y sus fotografías. Con su cámara, retrató a Marley y a Hartman juntos. Detrás del lente, ella reconoció que el casamiento del movimiento rasta y el reggae le mostraría al mundo de dónde había salido la música. Sus imágenes reflejaron ese reconocimiento y se han convertido en algunos de los retratos más icónicos de Bob Marley. La innovación de ella fue incluir los colores y la forma de vida de los rastafaris en sus composiciones del grupo. "El rojo, el verde, el oro y todo eso fueron ideas mías", dice. "Lo filmé, lo edité y lo envié [a Island Records en Londres]". Las imágenes se utilizaron en el primer afiche de Marley, en las camisetas y en la cubierta del álbum "Catch a Fire". Anderson recuerda cuando hizo la foto icónica de Bob Marley fumando un pitillo de marihuana que todavía se utiliza para vender su imagen. "Esa imagen fue tomada en una hermosa mañana. Le pedí que se quitara la camisa porque me encantaba el color de su piel. La luz del sol que chocaba contra su cuerpo se reflejaba en mi lente. Utilicé una película Kodak Ektachrome que daba esa preciosa luz dorada".   "Como Chaplin" Hacia marzo de 1973, Esther Anderson salió de Jamaica para acompañar y ayudar a organizar las giras de los Wailers en el Reino Unido y Estados Unidos. Ella cuenta que dejó las cintas de video bajo la custodia de Island Records pero cuando regresó "habían desaparecido". Las grabaciones estuvieron perdidas hasta el año 2000, cuando un documentalista británico tocó a su puerta. Jeremy Marre había ido a entrevistarla para un documental que él estaba haciendo, "Rebel Music" ("Música rebelde"). Fue entonces que ella se percató de que, entre el material de archivo que él tenía, había cintas que eran de su propiedad. Con esas grabaciones, 38 años después de que las filmara, Anderson está ahora presentando su película "Bob Marley – The making of a Legend" ("Bob Marley – Cómo se hizo una leyenda). Marley murió hace 30 años pero su música goza de un mayor reconocimiento que cuando estaba vivo. Mientras termina a toda carrera la edición del documental para presentarlo en el Instituto Fílmico Británico el sábado 19 de marzo, Esther Anderson dice que todavía siente que él haya muerto tan joven, cuando apenas tenía 36 años, a pesar de su "prodigioso legado". ¿Y que piensa que él estaría haciendo si siguiera vivo? "Habría seguido escribiendo grandes canciones y probablemente rompiéndoles los corazones a muchas mujeres y teniendo muchos bebés, igual que Charlie Chaplin", bromea.