En una playa invernal bordeada de coníferas, el cuerpo de un adolescente está sobre la arena gris. Una madre corre hacia su hijo muerto y lo sostiene contra su pecho, llorando. Mientras tanto, un joven llamado Adiits‘ii huye de la escena, corriendo hacia el bosque, jadeando y gruñendo. Se siente responsable de su muerte por haber salido con él en un bote que fue golpeado por las agitadas aguas. Esta tragedia familiar es el foco de la película canadiense Edge of the Knife o Sgaawaau K‘uuna (en español, "Al filo del cuchillo"). La historia, inmersa en lo sobrenatural, se centra en los temas universales de la familia, el amor, la pérdida y la traición. Lo que es menos universal es el idioma de la película, el haida. Según el Consejo de Cultura de las Primeras Personas de Canadá, solo quedan 20 hablantes fluidos de esta lengua, lo que lo pone en peligro crítico.
Helen Haig-Brown y Gwaai Edenshaw, quien pertenece a la etnia haida, dirigieron el filme. No escribir la película en haida "ni siquiera parecía una opción", dijo Gwaai. "Estábamos contando una historia haida". Aunque estaban "totalmente comprometidos con la narración", dicen que otra consideración fue la de que Edge of the Knifeactuaría como una fuente de aprendizaje. Diane Brown, la abuela de Gwaai, es una de las últimas personas que hablan haida con fluidez y actuó en la película. "Nuestro sueño desde el principio es que ayude a nuestros hijos a aprender el idioma", dijo. Le puede interesar: La mirada del diablo: apuntes sobre cine indígena Quiénes son los haida La comunidad indígena haida vive en Haida Gwaii, un archipiélago a 100 km de la costa oeste de Canadá. Sgaawaau K´uung se enmarca en este paisaje costero a mediados del siglo XIX.
Diane Brown y su nieta Xyaalaa Emma, aparecen en la película. Foto: Lauren Brown. En la película, dos comunidades haida se reúnen para preparar comida para el invierno. Llevan patrones geométricos tatuados en sus pechos y usan capas tejidas con los abetos de la tierra que los rodea. Es un retrato delicado de una familia que no se percata del sufrimiento que va a llegar. El archipiélago Haida Gwaii fue colonizado por los británicos en 1853, cuando pasó a llamarse Colonia de las islas Reina Carlota. Muchos creen que los europeos propagaron deliberadamente enfermedades como la viruela proporcionando a los pobladores haida mantas y bufandas infectadas, lo que causó que la población cayera en picado desde los aproximadamente 10.000 a solo 588. Esta brutal anexión está representada en la película por el viaje de Adiits‘ii al bosque, donde desciende a la locura y se convierte en Gaagiixid, el hombre salvaje, perdiendo todo sentido de sí mismo. "Un gran plan para asimilarnos" En el siglo XX, la población haida se recuperó y se situó en 3.442. Pero el sufrimiento de los haida estaba lejos de terminar, ya que su cultura fue eliminada, especialmente en las escuelas internado, donde los niños indígenas eran obligados a trabajar toda la mañana en los campos y luego recibían rudimentarias lecciones por la tarde. Hablar haida estaba estrictamente prohibido.
"Nuestro sueño desde el principio es que ayude a nuestros hijos a aprender el idioma", dijeron los directores de la película. Foto: Getty Images. Diane Brown dijo que los maestros les decían a sus padres que si hablaban "su idioma" se irían al infierno. Algunos niños eran golpeados por hablar su lengua materna. "Era una forma de tratar de controlarnos", dijo. "Un gran plan para asimilarnos al 100%". Gwaai dijo que la mayoría de los haidas "se sienten frustrados por su incapacidad para hablar su propio idioma en su propia tierra". Haida: una guía rápida El haida, o X_aad Kil / X_aaydaa Kil, se habla en las islas de Haida Gwaii, en la Columbia Británica, y se remonta a cuando este pueblo se estableció allí después de la última Edad de Hielo, hace unos 11.000 años. Hay tres dialectos diferentes de haida, que se hablan en Skidegate y Massett, en Canadá, e Hydaburg, en el estado estadounidense de Alaska. El haida no está conectado a ningún otro idioma existente.
La comunidad indígena haida vive en Haida Gwaii, un archipiélago a 100 km de la costa oeste de Canadá. Foto: Getty Images. Frases en Haida Siingway laa - Buen día Gass ingu dang giidang? - ¿Cómo estás? Asanga dang hll King Gas sang - Hasta luego Gasanguu siingaay Giieang - ¿Cómo está el clima? Gina waa dluxan gud ad kwaagid - Todo depende de algo más (un conocido dicho haida)
Según la Unesco, hay 70 idiomas indígenas reconocidos en Canadá. Los datos del Consejo de Cultura de las Primeras Personas indican que casi la mitad están en la Columbia Británica, que tiene una población indígena de 172.520. Pero solo el 3% de esta población habla un idioma indígena con fluidez. El panorama se repite en otras partes: un informe de la National Geographic Society y del Living Tongues Institute for Endangered Languages ??descubrió que una lengua muere cada dos semanas en todo el mundo. La ONU declaró 2019 el Año Internacional de las Lenguas Indígenas y la financiación para preservarlas en Canadá ha aumentado de US$5 millones a US$118 millones en los últimos años. Robert-Falcon Ouellette, miembro del Parlamento canadiense por Winnipeg, en el centro del país, cree que la lucha para proteger los idiomas amenazados es una causa que vale la pena. Es de origen mixto, inglés y del pueblo indígena cree, y fue el primer político en hablar en su lengua materna en el Parlamento en 2017, afirmando que todos tienen derecho a usar su propio idioma. Le puede interesar: ¿Por qué mueren los idiomas?
Robert-Falcon Ouellette hablando en cree en el Parlamento. Foto: Bernard Thibodeau, Canada House of Commons. "Hay un valor para la gente cuyo idioma es su cultura y su historia", dijo. "A menudo escuchamos que los indígenas no se sienten parte de Canadá. Hay mucha ira". El discurso de Robert-Falcon en cree allanó el camino para que los parlamentarios tengan derecho a que intérpretes traduzcanlenguas indígenas en el Parlamento. En marzo, la red de televisión aborigen APTN transmitió un juego de hockey en idioma cree por primera vez. Según Robert-Falcon, el uso de lenguas indígenas, ya sea en el cine, el Parlamento o los deportes, es "la oportunidad de decirle a los indígenas que son importantes". Aprendiendo el idioma propio Erica Ryan-Gagne, quien actuó en Sgaawaau K‘uuna, es de origen haida y aprendió el idioma especialmente para el proyecto.
Erica Ryan-Gagne (der.) con la vestimenta tradicional haida. Foto: Erica Ryan-Gagne Al escuchar el haida en la película, se puede suponer que el proceso de aprendizaje fue tortuoso. Hay un sonido consonante gutural alejado del inglés. Pero Erica explicó que el proceso consistió menos en aprender y más en dibujar el lenguaje en su conciencia. "No tuve ningún problema con la pronunciación", dijo. "Ya estaba en mí". Para los 22 actores que no hablan haida en la película, se organizaron "zonas de entrenamiento" para que los ancianos se lo enseñaran. "Reunimos a actores y hablantes en un lugar durante dos semanas", dijo Erica. "Aprendieron a cómo hablar, cómo memorizar el idioma. Para hacer justicia al idioma y dar justicia a nuestros antepasados".
Escena de la película en la que se muestra a Hlaaya, la madre del niño muerto. Foto: Niijang Xyaalas Productions. Muchas lenguas mueren porque, como el haida, se transmiten de generación en generación por vía oral y no tienen una ortografía para preservarlas. Pero ahora, por primera vez, se ha escrito en haida, una herramienta importante para ayudar a los nuevos estudiantes. En cuanto al guión, los escritores lo escribieron primero en inglés y luego lo llevaron a los ancianos para traducirlo. Erica describió a los ancianos como "el latido del corazón, la columna vertebral" del proyecto y dijo que el equipo de producción necesitaba "aprovechar sus conocimientos y darles la palabra". Ahora hay 265 estudiantes activos de haida. Por primera vez también se enseña en las escuelas. Como un medio cercano a las generaciones más jóvenes, el cine es una parte crucial en este proceso educativo. "Ha ganado mucho más interés del que jamás hubiéramos soñado", dijo Diane Brown. "Los jóvenes están interesados". Ella lo vio en su propio nieto, Gwaai, quien aprendió haida. "Le dio un sentimiento de orgullo por ser un haida", dijo.
Hoy en día hay más de 250 estudiantes activos de haida. Foto: Getty Images. Es inspirador para futuras generaciones; está abriendo las mentes", dijo Erica Ryan-Gagne. "Esta película da esperanza a otros idiomas y otras comunidades indígenas. Si se puede pavimentar ese camino, tenemos que hacerlo". Para Erica y toda la gente haida involucrada en la película, después de tantos años en los que se destruyó una parte tan crucial de su identidad, revivir su idioma ha sido un proceso emocional. "El lenguaje me ha curado, me hizo sentir completa, me hizo darme cuenta de lo que significa ser haida", dijo. "Así es como voy a ayudar a mi pueblo, a mis hijos". Le puede interesar: Cuatro poemas de cuatro poetas indígenas que usted debe conocer