Mauricio Lezama, cineasta, gestor cultural y consejero departamental de Cine de Arauca, fue asesinado el pasado jueves 9 de mayo en la vereda La Esmeralda, mientras trabajaba en un proyecto sobre las víctimas del conflicto armado. Sus viajes a Arauca, según informó El Espectador, tenían el objetivo de realizar una audición de los actores que estarían presentes en su próximo cortometraje, sobre la vida de Mayo Villareal, líder social y sobreviviente del genocidio contra la Unión Patriótica. Desconocidos en una moto le dispararon varias veces a Lezama e hirieron al camarógrafo Ricardo Llain. La indignación por el crimen llegó anoche a las alfombras rojas de Cannes. Después del estreno de Litigante, la más reciente película del director Franco Lolli, protagonizada por la escritora Carolina Sanín y aplaudida en la inauguración de la Semana de la Crítica, parte de la delegación colombiana protestó con carteles y consignas de denuncia en contra del atroz hecho. La acción se cocinó en un almuerzo entre Ciro Guerra, presidente del jurado de la Semana de la Crítica, y Vladimir Durán (Adiós entusiasmo) en el que decidieron aprovechar la visibilidad que da un espacio como Cannes, “más allá de la frivolidad” de una alfombra. El gesto, en palabras de Sanín, fue “un homenaje a su colega cineasta asesinado y un mensaje al mundo para que tenga presente lo que ha pasado y lo que está pasando en Colombia”. “Uno se siente con la responsabilidad y la preocupación de lo que está sucediendo en el país, los retrocesos, la violencia y la manipulación de la información, para hacer un llamado de atención desde el lugar desde el que uno puede”, le contó Durán a ARCADIA. “Decidimos que la alfombra roja era el lugar para hacer esta denuncia. Tengo entendido que hace nueve años no se asesinaba a un cineasta en América Latina, entonces al haber sido asesinado un cineasta, y uno que no es caso aislado, sino que forma parte de un nuevo exterminio, llegamos a un acuerdo con quienes estábamos allí para hacer una acción que pusiera el foco sobre esta situación horripilante”. Le puede interesar: Fue asesinado un cineasta que grababa un documental sobre una líder social
Vladimir Durán, Carolina Sanín, Ciro Guerra, Franco Lolli y parte de la delegación colombiana en Cannes que sostuvo carteles de protesta contra el asesinato de Mauricio Lezama. Foto: Loic Vernac/AFP. El acto de protesta, en el que se exhibieron consignas como “Pedimos justicia”, “Paz”, “162 líderes asesinados en menos de un año” y “No al exterminio”, tuvo lugar en la alfombra roja de la película Sorry We Missed You, del director británico Ken Loach, parte de la Selección Oficial del Festival de Cannes. La alfombra roja ha sido utilizada históricamente como una importante plataforma de protesta. Como recuerda el crítico Pedro Adrián Zuluaga, quien también asistió este año a Cannes, el año pasado ese fue el mismo escenario que utilizaron las mujeres para protestar contra la discriminación por género y el acoso sexual en la industria: “Para mí fue una cosa muy sorprendente, oportuna y conmovedora. Conociendo los ánimos que hay en esa alfombra roja, las cámaras y los periodistas internacionales, hacer visibles a los líderes territoriales y el crimen de Mauricio Lezama es muy valioso. Tomar posición en un lugar como ese es de profundo significado para un sector cultural que es sensible a los problemas del país y que se siente vulnerable”. La acción llega en un momento efectivamente sensible para los líderes culturales, sociales y territoriales en Colombia. Esta mañana se registró el asesinato de María del Carmen Flórez, líder y víctima de desplazamiento en Ocaña, que se suma a la incesante lista de crímenes cometidos en contra de líderes y defensores de derechos humanos en regiones de Colombia. El gesto en Cannes y la amplificación que tendrá seguramente resonará de manera potente en quienes buscan, día a día, un alto a esas violencias sistemáticas. “No podemos seguir permitiendo que en las regiones de Colombia se asesine impunemente por sostener un poder feudal”, concluye Durán. Le puede interesar: Don Gu: cuando el liderazgo cultural pone la vida en riesgo