Durante los últimos días de mayo, cuando Spike Lee habló en exclusiva con ARCADIA, Nueva York era el epicentro de la pandemia y Lee, en su Instagram, venía de publicar un poderoso corto dedicado a su ciudad y su gente.
Días después, Estados Unidos estaba en el corazón de otro huracán y el panorama de las principales ciudades de ese país era radicalmente distinto a la desolación de la cuarentena. El asesinato de George Floyd desencadenó la reacción de miles de manifestantes indignados por la discriminación racial y la brutalidad policial. La misma historia de injusticia, inequidad y violencia hacia los negros se repetía con distintos actores, pero con un final igualmente trágico, una y otra vez hasta la asfixia.
El cine de Spike Lee recorre esa misma espiral obstinada de la historia negra, esa reiteración de verdades injustas que parecen negar la consigna #BlackLivesMatter. Su más reciente producción, 5 sangres, entra bajo la piel de los soldados negros que viajaron hasta Vietnam a pelear una guerra por un país que los discriminaba en casa. Décadas después de la guerra, cuatro soldados regresan a esa selva a rescatar el cuerpo de un amigo muerto en combate. Será un encuentro con fantasmas del pasado, heridas aún abiertas y el paisaje cultural de un país totalmente distinto.
Historias de personajes negros que caminan a lo largo de la delgada línea entre la vida y la muerte, conscientes de que el paso siguiente puede ser fatal y de que nada garantiza que aquella muerte –al igual que aquella vida– importe. Vietnam, Harlem, Brooklyn o Minneapolis son escenarios de la misma lucha que este director ha narrado a lo largo de casi cuatro décadas.
Da 5 Bloods. Foto cortesía de Netflix
Su película más reciente, 5 Sangres, parece ambiciosa en lo que abarca, en su producción y en la forma en que combina géneros y ambientes. ¿Qué retos supuso en cuanto a producción? ¿Fue un rodaje muy diferente al de sus otras películas?
Nunca antes había rodado en la selva. Fuimos hasta Tailandia y rodamos en Chiang Mai y Bangkok, y también en Ciudad Ho Chi Minh, en Vietnam. Esta película fue construida sobre la premisa de que tenía que ser épica. Por eso el acercamiento que tuvo Thomas Sigel en la dirección de fotografía, Wynn Thomas en un ambicioso diseño de producción, Terence Blanchard con su extraordinaria banda sonora y un reparto de actores como este apuntaba a ese llevar cada aspecto de la producción a una escala épica. Esa era la intención desde el principio.
Ese enfrentamiento armado, que al igual que el nuestro ha tenido más impacto en la selva, es el escenario para un ejercicio de memoria histórica. En este caso, reconocer a esos soldados negros que sacrificaron sus vidas por un país que no se preocupaba por ellos.
Creo que eso permanece hasta hoy en día, con ese tipo que está en la Casa Blanca, el ‘agente naranja’. Lo que usted menciona es el conflicto que la gente negra ha tenido desde el principio. Peleamos todas las guerras por un país sabiendo que los problemas del país se mantienen. Crispus Attucks fue el primero en morir por Estados Unidos en la Guerra de Independencia, durante la Masacre de Boston, en 1770. Él era un hombre negro. Así que hemos muerto por este país desde sus orígenes. Y seguimos peleando por este país, aunque seamos conscientes de que nuestros derechos no son plenamente reconocidos y lo que es peor, ¡ni siquiera nuestra humanidad!
Delroy Lindo, Norm Lewis, Clarke Peters, Isiah Whitlock Jr. y Jonathan Majors en Da 5 Bloods. Foto cortesía de Netflix
Las minas, activas muchos años después del final de la guerra, aparecen como una gran amenaza para la población vietnamita. Es un gravísimo problema que también vivimos en Colombia. ¿Qué lo llevó a mostrar esa violenta huella del conflicto?
Las minas siguen lastimando y matando gente en Vietnam, Camboya, Laos. El hecho de que sigan enterradas allí te hace pensar que las guerras no van a desaparecer. Incluso en lugares como Berlín y Londres descubren bombas que no estallaron en la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuántos años han pasado? O sea, Vietnam fue hace 50 años y aún vemos las huellas de la guerra, la gente muerta y herida.
En su película La hora 25, Monty Brogan lanza ante el espejo una diatriba de amor y odio hacia Nueva York. Ese recurso es retomado en otras de sus películas. Ahora, en Vietnam, es Paul –el personaje interpretado por Delroy Lindo– quien arremete contra la historia frente a la cámara. ¿Qué lo lleva hasta ese lugar?
Es parte del trabajo de guion y de dirección. Si usted tiene a Delroy Lindo en su reparto, tiene que pasarle la pelota. La primera vez que lo vi fue en una obra de Broadway. Él viene del teatro. Yo sabía que sería impecable y lo fue. Al ponerlo a mirar a la cámara logra transmitir a la audiencia su realidad distorsionada. Es un personaje trágico y atormentado que, como mucha gente que regresa de una guerra, ya no es el mismo.
Delroy Lindo y Clarke Peters en Da 5 Bloods. Foto cortesía de Netflix
En sus películas, la música no solo tiene una intención dramática sino también narrativa. La voz de Marvin Gaye toma fuerza musical y también política. ¿Cuál es la historia detrás de esto?
Marvin Gaye tenía un hermano mayor llamado Franklin, que prestó servicio en Vietnam como operador de radio y le escribía al cantante con frecuencia. Esas cartas que Marvin recibe de su hermano son un primer relato de los horrores de Vietnam. Aparte, Marvin estaba en Motown viendo cómo se complicaba el regreso del soul. Creo que ambas cosas contribuyeron al álbum What’s Going On. Tenía sentido incluir algunas canciones de ese álbum de 1971, que siento que es uno de los mejores discos de la historia.
¿Cuál es su perspectiva sobre la realidad que se está viviendo? ¿Cómo lee este escenario de lanzar esta película cuando nadie puede ir a los cines?
Gracias por la pregunta. Al igual que todas las personas, yo también tenía planes. Tenía planeado ser el jurado en Cannes, planeaba que 5 Sangres fuera estrenada mundialmente y el mundo cambió. Entonces, no era el plan pero quedé contento de que Netflix dijera “¿Sabe qué? Vamos a mostrarle esta película al mundo”. 5 sangres está disponible para streaming alrededor del mundo. No era el plan, pero los planes cambiaron y estoy feliz de que la gente pueda ver esta película.
¿Usted cree que, como raza, terminaremos mejor o peor después de esta pandemia?
Espero y oro todas las noches para que no volvamos a la misma mierda. Todas las muertes habrían sido en vano si hacemos eso. Esta brecha entre quienes tienen que salir y quienes no es antiética: la gente que nos mantiene en marcha son aquellos que tienen que ir a trabajar, quienes tienen que ir a los hospitales, quienes tienen que ir a los supermercados, quienes manejan el metro. No podemos pasar por encima de quienes no tienen servicio médico, la gente que no tiene wifi en la casa, que no tiene computadores y cuyos hijos no están recibiendo educación durante este tiempo. Hay mucha desigualdad que debe ser atendida. Eso no pasará si el agente naranja se convierte en el próximo presidente de Estados Unidos.
Ese tipo de inequidades e injusticias también son muy marcadas en Colombia, quizá más fuertemente por asuntos de clase que de raza. Pero la conexión está ahí. ¿Esa es la magia de las películas: que hablen de lo mismo sin hablar de lo mismo?
Creo que sí hay una magia. En las películas que amo la forma es maravillosa. Quien hace la película hace lo que quiere hacer. Pero la forma es preciosa y es la magia de las películas en todo el mundo. Cuando era un niño en Brooklyn, veía esas películas y me sumergía en otros mundos, en otras culturas. Eso es lo que hacen las películas.