El cine y las series de televisión han sabido llevar a las pantallas todo tipo de historias relacionadas con la gastronomía. Los títulos son abundantes, pese a que la calidad no. En la retina de los espectadores quedaron filmes como Chocolat (2000), Chef (2014) o incluso documentales como Super Size Me (2004). Películas taquilleras pero estériles, en las que el rigor de un servicio repleto de comensales queda en un segundo plano.
Por otra parte, y más en la trastienda de este género (si es que lo es), hay un puñado de obras que enmarcan las pulsaciones del mundo de la comida, los cuchillos y el caos coordinado que ocurre detrás de las puertas de los comedores. Aquí tres de ellas.
Boiling Point (2021)
Este largometraje dirigido por Philip Barantini y protagonizado por Stephen Graham (recordado por su aparición en Peaky Blinders y en Snatch: cerdos y diamantes) es un drama que se sumerge en el estrés que sufre el chef Andy Jones en uno de los restaurantes de moda en Londres, Inglaterra.
Allí, el carismático jefe de cocina se enfrenta a una crisis personal y profesional que se suma a la inesperada visita de un inspector de sanidad y seguridad alimentaria que incrementa la presión de la jornada. Mientras el cocinero contiene a su equipo y atiende los pedidos de los comensales, intenta sacar adelante un servicio que parece perdido.
Este largo que se basó en un cortometraje homónimo del 2019 recibió cuatro nominaciones en los Premios BAFTA de 2021, también ganó varios galardones en los British Independent Film Awards (BIFA) e hizo parte de la selección oficial del Festival de Karlovy Vary.
Carlos Marañón, crítico del medio Cinemanía, destacó que en Boiling Point “todo fluye más allá del acierto formal de ese plano continuo sin cortes y de la pretendida experiencia inmersiva. Barantini tiene nuestra atención y a un gran Stephen Graham”.
Por su parte, Carmen Lobo del Diario La Razón detalló que esta película es “notable, agotadora, tensa y arriesgada (...) un dramático gastro-thriller vestido en la superficie con los mejores platos aunque la mano que los prepara siga temblando de manera compulsiva”.
En general, esta película filmada en un aparente plano secuencia acumuló una excelente aceptación de la crítica con un promedio de cuatro estrellas sobre cinco.
The Bear (2022)
La serie creada por Christopher Storer fue uno de los más aclamados dramas del año pasado. La historia ubica -en 8 episodios cada uno de 30 minutos- a un joven chef formado en la alta gastronomía pero que tiene que volver a Chicago para liderar la tienda de sándwiches de su familia. En ese ambiente hostil y de pocos recursos convive con personajes de todos los matices y culturas, una suerte de Torre de Babel culinaria que estalla en cada capítulo.
The Bear, como muy pocas series, captura el caos que inicia lentamente en una cocina cuando entra el primer pedido y, a lo largo de las horas, pocos -solo los más experimentados- saben qué hacer.
Por eso, la producción financiada por Hulu fue nominada a los Globos de Oro como mejor serie comedia o musical y Jeremy Allen White ganó como mejor actor de comedia.
También fue catalogada por el American Film Institute (AFI) como uno de los mejores programas de TV del año y sumó otras nominaciones en los Premios Independent Spirit, Critics Choice Awards, Premios Gotham y en los Satellite Awards.
“Una joya oscura, divertida, frenética e intensa que te dará mucha hambre y que probablemente sonará auténtica para cualquiera que ha trabajado o trabaja en el negocio de restauración”, remarcó el reputado crítico del Chicago Sun-Times, Richard Roeper.
Soul Kitchen (2009)
Una de las películas más sobresalientes que Fatih Akin, reconocido director de otros títulos demoledores como El monstruo de St. Pauli o En la sombra, rodó. Se trata de una historia que toca a la gastronomía y a la desazón humana.
Zinos, un griego que regenta un restaurante en Hamburgo, está en un momento crítico de su vida. Su novia Nadine se ha ido a trabajar a Shanghai, su revolucionario cocinero está espantando a sus clientes y, para colmo, su disparatado hermano Illias acaba de salir de la cárcel; por si esto fuera poco, Zinos debe enfrentarse a los especuladores inmobiliarios que pretenden derribar su negocio para construir viviendas, destacó el portal FilmAffinity.
La película del cineasta de raíces turcas y educación alemana se llevó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia. También tuvo varias nominaciones en los Premios del Cine Europeo, en los Satellite Awards y en los Premios David di Donatello.
El pulso directivo de Akin es uno de los mejor valorados por los cinéfilos que encuentran en sus obras trepidantes y duras algo más valioso que el simple placer de testificar la miseria ajena.
“El montaje mezcla arrojado nervio y bellísima calma (...) Akin es un lujo aunando ritmos que contrastan con unas imágenes ya poderosas de por sí, pero que, con sus sorprendentes acordes de fondo, obtienen una nueva vida”, concluyó Javier Ocaña en El País de España.