La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), junto con la Universidad de Tufts y el Banco Mundial, publicaron un informe en el que destacó que, si bien el mundo ha avanzado en el suministro de calorías suficientes para darle de comer a la población, todavía hay una inmensa brecha para alimentar de forma sostenible a las personas.

En ese sentido, la FAO puntualizó que América Latina y el Caribe es la región en la que tener una dieta saludable tiene el costo más alto, con 3,89 dólares diarios por persona. Le sigue Asia con 3,72 dólares, África con 3,46 dólares, América del Norte y Europa con 3,19 dólares y Oceanía con 3,07 dólares.

“Acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas (incluida la desnutrición, las carencias de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad) es algo más que conseguir alimentos suficientes para sobrevivir. Lo que la gente come también debe ser nutritivo”, aseguró el director de la División de Economía Agroalimentaria de la FAO, David Laborde.

“Sin embargo, un obstáculo clave es el elevado costo de los alimentos nutritivos y la escasa asequibilidad de dietas saludables para un gran número de personas en todo el mundo”, añadió el experto.

Latinoamérica fue una de las regiones del planeta que obtuvo mejores resultados en términos de reducción del hambre y la pobreza en la última década hasta 2015. Sin embargo, pese a ser la mayor exportadora neta de alimentos del mundo, entre 2019 y 2021 vio aumentar en un 30 % el número de individuos que padecen de hambre, hasta alcanzar los 56,5 millones.

Esta situación podría representar un retroceso de una década -o más- en el esfuerzo para reducir la pobreza y el hambre en la región, y obstaculizar los esfuerzos para minimizar las desigualdades, aseguró el director general de la FAO, Qu Dongyu.

La agencia de la ONU también llevó a cabo recientemente un extenso análisis sobre cuántas personas pueden acceder a una alimentación sana que ofrezca una diversidad de insumos ricos en nutrientes. Los resultados revelaron que casi 3.100 millones de personas no pudieron permitirse una dieta saludable en 2020, lo que representa 112 millones de personas más que en 2019.

De esas 112 millones de personas que no pudieron pagar una dieta sana, 78 millones se encuentran en Asia, 25 millones en África, ocho millones en América Latina y el Caribe y América del Norte y un millón viven en Europa. En doce países, todos ellos de África, más del 90 % de la población no puede acceder a una alimentación saludable con regularidad.

“Hacer un seguimiento del costo y la asequibilidad de las dietas saludables es un paso adelante para reconocer la necesidad de nutrir y no solo alimentar al mundo”, dijo la directora de Alimentación y Nutrición de la FAO, Lynnette Neufeld.

Por su parte, el director de la División de Estadística de la FAO, José Rosero Moncayo, concluyó que “medir y supervisar sistemáticamente el costo y la asequibilidad de las dietas saludables y avanzar para garantizar su asequibilidad es de suma importancia y se necesita con urgencia”.