La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) calcula que el problema de los desperdicios alimenticios en el planeta genera pérdidas de por lo menos 1 trillón de dólares anualmente. Además, los cerca de 70 billones de toneladas de gases de efecto invernadero generados por estos residuos son uno de los principales inconvenientes medioambientales que debe solucionar la industria gastronómica y de alimentos.

En ese sentido, la FAO subrayó que el 6% de las pérdidas de alimentos del mundo se producen en América Latina y el Caribe. Estas regiones también son responsables del 16% de la huella de carbono global que genera dicha problemática.

Con el objetivo de contener el masivo desperdicio de comida, en los últimos años surgió un movimiento que, por ejemplo, hace sopas con cáscaras de alcachofas o utiliza excedentes de granos de cervecerías y los transforma en aperitivos. Se le conoce como upcycling food y quiere salvar el mundo.

La Upcycled Foods Association, surgida en Estados Unidos, advierte que con los alimentos desperdiciados se pueden crear productos nutritivos y de alta calidad a partir de los nutrientes que escapan por las grietas del sistema alimentario.

Esta asociación destaca que sus insumos se elaboran a partir de subproductos o ingredientes que de otro modo se desperdiciarían, a su vez, deben tener un valor agregado y su consumo tiene que ser seguro para los seres humanos y para los animales de compañía. Una propuesta que se basa, principalmente, en aplicar la economía circular a los alimentos.

Esta comida reciclada debe formar parte de una cadena de suministro auditable que garantice su procedencia y asegure que realmente reduce la presión sobre el medioambiente, puntualizó Upcycled Foods Association.

La prometedora iniciativa del upcycling food ha tenido un evidente impacto. De hecho, según un sondeo realizado por Mintel y referenciado en el portal Duasrodas, el 76% de los consumidores encuestados destacaron que estaban dispuestos -o absolutamente dispuestos- a probar alimentos elaborados con ingredientes reciclados si los mismos ayudaban a minimizar el daño medioambiental.

En tanto, la agencia de investigación Future Market Insights aseguró que el mercado de ingredientes reciclados generó utilidades por unos 46.000 millones de dólares en el 2019. Un ejemplo de esto es el fabricante de snacks de frutas RIND, que presentó un incremento del 500% en los ingresos durante el 2020.

En conclusión, el reciclaje de insumos es funcional para velar por el medioambiente y puede ser una estrategia para que la industria alimenticia fomente la sustentabilidad y genere réditos financieros.