Tanto el café como el té hacen parte de las opciones más seleccionadas para bebidas calientes. Según Statista, en el mundo anualmente se consumen más de 6.600 kilogramos de té y más de 166,3 millones de sacos de 60 kilogramos de café.

Estas bebidas tienen múltiples beneficios y pueden ser consumidas en diferentes presentaciones, pero la temperatura a la cual se preparan puede afectar tanto su sabor como sus beneficios.

La temperatura ideal para hacer el café

El consumo habitual moderado de café, es decir, entre tres y cuatro tazas al día, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según detalló un estudio realizado por un equipo de investigadores del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Javeriana, en Bogotá.

Además, el café contiene potentes antioxidantes, conocidos como polifenoles, que son muy beneficios para la salud. Por eso, tomar café se ha asociado a un menor riesgo de contraer enfermedades como el Parkinson y la diabetes de tipo II.

Sin embargo, estos beneficios pueden cambiar dependiendo de la temperatura a la que se prepare el café. Según un estudio de la Universidad de Birmingham (Gran Bretaña), beber café frío en cantidades moderadas proporciona cualidades hidratantes similares a las del agua.

Adicionalmente, el café frío es menos ácido que el café caliente. Esto, según un estudio del Institute of Food Science and Technology, es más beneficioso para el estómago y previene el daño al esmalte dental. Finalmente, el café frío -especialmente el cold brew- puede resaltar sabores y notas de cada café que en temperaturas calientes pueden perderse.

Cabe resaltar que tomar café frío no es enfriar el café que ha sido hervido. Se trata más de prepararlo sin elevar su temperatura en ningún momento. Es decir infusionar el café molido con agua a temperatura ambiente durante un largo periodo de tiempo y luego enfriarlo.

A pesar de los beneficios de tomar el café frío, la mayoría de las personas prefiere tomar el café caliente, incluso a temperaturas por encima del umbral del dolor oral y el umbral de daño por quemadura en la boca. Así lo confirmó una encuesta realizada por el Journal of Food Science.

La temperatura ideal para hacer el té

En el caso del té, un estudio publicado en el Journal of Food and Science demostró que el nivel de antioxidantes que aporta cada tipo de té puede cambiar dependiendo de la temperatura con la cual se prepare. Además el tipo de hoja también afecta las propiedades de esta bebida. La temperatura adecuada para hacer cada tipo de té y aprovechar al máximo sus beneficios es la siguiente:

  • Té blanco: lo ideal es prepararlo con agua entre los 60ºC y los 85ºC. Para asegurar la mayor cantidad de antioxidantes es mejor dejarlo reposar antes de retirar las hojas de la infusión.
  • Té verde: lo ideal es prepararlo con agua entre los 60ºC y los 85ºC, pero en el estudio se demostró que el pico de antioxidantes se alcanza si se deja primero infusionar en agua fría.
  • Té negro: lo ideal es prepararlo con agua a alrededor de los 95ºC. Adicionalmente, la mejor forma de aprovechar todos los antioxidantes es no dejarlo reposar por mucho tiempo.
  • Té oolong: lo ideal es infusionar este té en agua a temperatura ambiente o fría.

Cabe resaltar que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) ha vinculado el consumir bebidas muy calientes con un mayor riesgo cancerígeno. Un estudio publicado en el International Journal of Cancer corroboró esta recomendación al analizar el consumo de bebidas calientes de más de 50.000 personas. La conclusión fue que aquellos que acostumbraban a tomar las bebidas hirviendo aumentaban su probabilidad de tener cáncer de esófago en un 90%.

Pero, de otro lado, las bebidas calientes han demostrado tener un efecto positivo en la sensación general de comodidad e incluso pueden afectar cómo se percibe a otras personas. Un estudio publicado en la revista Science demostró que aquellas personas que beben una bebida caliente antes de conocer a otra son más propensas a aceptarla y a generar mejores valoraciones personales.

Las bebidas calientes son, de hecho, más efectivas a la hora de bajar la temperatura corporal que las bebidas frías. El investigador Ollie Jay explicó este efecto en la Smithsonian Magazine de esta forma: “cuando se toma una bebida caliente, de hecho se aumenta el sudor que se produce. Esto resulta en una mayor eficacia a la hora de bajar la temperatura corporal”. Por otro lado, las bebidas frías reemplazan el líquido que se pierde al sudar, pero no cambian la temperatura interna a no ser que se tome una gran cantidad del líquido.