Entender el proceso sin lugar a dudas se ha convertido en uno de los principales retos en la mentalidad de las personas. La mente siempre busca la grandeza, mientras que el entorno nos hace pensar mejor en ser precavidos. El error recae en tratar de alcanzar metas transformadoras muy rápido y frustrarnos por cada obstáculo que la mente debe atravesar hasta que simplemente renuncia. La búsqueda de la grandeza personal nunca ha sido tan demandada pero con tan poco grado de éxito entre el común denominador, y es claro, simplemente lo que estamos dispuestos a arriegar no tiene proporción en la meta que queremos conseguir. Lo vemos con muchos deportistas, artistas, hoy en día influenciadores y por ejemplo personas que se ganan la lotería, en donde ven que el proceso de conquista muchas veces termina a edades muy tempranas o procesos muy cortos con resultados increblemente grandes y notorios, consecuentemente a eso las decisiones tanto financieras, como personales que pueden ser desproporcionadas en construir una libertad que no fueron en el mismo radio de acción, llevándolos a la quiebra. El gasto que empieza a existir es notorio y siempre iguala o supera al monto que ese personaje gana, lo que nos lleva a concluir de manera práctica que simplemente no va a ser sostenible en el tiempo, yo lo llamo Fisicoculturismo financiero. La meta de conquista estuvo clara, pero las acciones y el comportamiento no tuvieron el balance que requiere el éxito.

Es evidente en las personalidades que tienen repercusión, pero en la misma proporción ocurre con el comportamiento de las personas tradicionales que lastimosamente no están conscientes de los procesos ni capacitadas, emocional, física ni financieramente con los efectos secundarios y daños colaterales de las acciones que cometen, retrocediendo y hasta sepultando su posibilidad de ser libre financieramente. El secreto que he logrado entender es que el primer paso siempre va a ser tener un norte, y en este caso saber a que puerto queremos llevar el barco es fundamental. No nos sirve pretender algo sin soñarlo, como lo dice David J. Schwartz autor del libro la magia de pensar en grande: “Piensa en grande. El tamaño de tu éxito está determinado por el tamaño de tu creencia. Piensa en pequeños objetivos y espera pequeños logros”. Teniendo claro ese norte y entendiendo la dirección empieza la fase de conquista. En este punto, la clave va a ser irracionalmente dejar de ver ese norte y que pase a un segundo plano. Yo se que puede sonar y verse hasta rídiculo, pero ver esa montaña tan grande requiere de acciones a ese mismo nivel, en eficiencia, eficacia, efectividad y claridad, sino simplemente te puede abrumar ver todo siempre tan lejos, generando miedo y parálisis. Este proceso abrumador demuele nuestros sueños y mata nuestro impulso creando como consecuencia la criptonita productiva, la procrastinación, llevándonos muy poco hacia adelante y más bien creando una brecha entre ese sueño y en realidad la posibilidad de conseguirlo, así que desechamos esa idea y esperamos la siguiente “idea millonaria”, sin ninguna intención de ver el proceso.

El cambio ocurre, cuando tenemos claro el objetivo, pero más claras las acciones que tenemos que ejecutar, así algunas parezcan innecesarias o por lo menos imperceptibles. Yo tengo un dicho “la pieza más pequeña del reloj es igual de importante que la batería”, sin ella el reloj no tiene ningúna función sea de la marca que sea. En la vida común este tipo de acciones son las que simplemente ignoramos o dejamos de ejecutar con afirmaciones como: “eso ya lo sé”, “lo hago mañana, hoy no tengo tiempo”, “me da pereza” creando y subestimando un modelo de acción en donde el poder de esa pieza en todo el engranaje se vuelve vital y ya en ese proceso va a ser imposible de conseguir. Así que hoy solo toma ese primer paso, con la meta clara y sigue el consejo como lo dijo Martin Luther King Jr. “ Toma el primer paso con fé. No tienes que ver toda la escalera, sólo toma el da el primer paso”.