Durante el año 2020, Onlyfans se ha vuelto un fenómeno mundial. Esta plataforma, que funciona como un servicio de suscripción, les permite a los creadores subir sus contenidos y ganar dinero gracias a que los usuarios pagan por verlos.

El portal inglés, que fue fundado hace cuatro años por Timothy Stokely, funciona como una red social tradicional, pero que cuenta con un muro de pagos. Aunque los usuarios pueden encontrar todo tipo de publicaciones relacionadas con temas de salud, alimentación o fitness, su auge ha sido gracias al material para adultos.

En este, además de encontrar fotos, videos y transmisiones en vivo, los usuarios pueden tener contacto directo a través de chats con los creadores y pedirles contenido a su medida, lo que hace que se dé una experiencia de usuario más cercana y personalizada.

Sin embargo, esta no es la única plataforma de contenido por suscripción de tal tipo; a decir verdad, su creación estuvo inspirada en la estadounidense Patreon. Sin embargo, esta última ha impuesto barreras a las publicaciones explícitas, según The Economist, por presión de los procesadores de pago y de los bancos de Estados Unidos, un hecho que por supuesto le dio toda la ventaja del nicho a Onlyfans.

El monto que pagan los usuarios varía dependiendo de las tarifas que establecen los propios creadores, pero por lo general hay mensualidades disponibles desde US$5 o US$10.

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Así, la tasa que paga el usuario al mes depende de a cuántas cuentas se suscriba, de las propinas que conceda y del contenido prémium que adquiera.

Para el caso de los creadores de contenido, funciona de la siguiente manera: luego de crear su cuenta y haber confirmado su mayoría de edad, con el respaldo de su documento de identidad, deberán introducir su información bancaria, sistema al cual la plataforma hará los pagos correspondientes.

El portal se queda con el 20% de las ganancias generadas y les transfiere a los creadores el 80% restante.

Las personas que suben contenido a Onlyfans generalmente se publicitan en otras redes como Instagram y Twitter.

Cada uno de ellos es autónomo para ponerle precio a la suscripción mensual de su canal y al contenido prémium que generan, que no está incluido en la mensualidad.

Las ganancias varían dependiendo del número de suscripciones y las piezas de contenido prémium que logren vender.

Si bien no es fácil determinar la ganancia mensual de un creador, sí es posible llegar a una aproximación del promedio. Por ejemplo, si una persona tiene una cuenta con 500 seguidores y ha tasado una cuota mensual por suscripción de US$10, puede generar US$5.000 mensuales, que al restarles el 20% con el que se queda Onlyfans deja una ganancia libre de US$4.000, una cifra nada despreciable si se tiene en cuenta que, además, pueden vender contenido adicional.

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Por supuesto, como en otras redes sociales, hay estrellas de Onlyfans que ganan millones de dólares al mes.

El impulso de la pandemia

Indudablemente, los confinamientos y la crisis económica que ha generado la pandemia de la covid-19 en el mundo, que han ocasionado un aumento en los niveles de desempleo, han impulsado la plataforma.

Muchas personas, sobre todo mujeres jóvenes que perdieron sus trabajos, han visto en este portal una oportunidad para obtener ingresos.

El furor de la plataforma ha sido tal que varios influenciadores y artistas famosos han ganado jugosas sumas a través de esta. La polémica actriz de Hollywood Bella Thorne, por ejemplo, ganó en menos de una semana US$2 millones.

Este hecho causó toda un polémica entre los creadores, pues muchos aseguraron que la actriz cobró hasta US$200 por foto y agregaron que engañó a los usuarios prometiendo contenido explícito con el que no cumplió.

Tras esta denuncia, el pasado mes de septiembre la plataforma limitó el precio por cada producto a US$100, hecho que molestó aún más a los creadores de la plataforma. Según la compañía, con este tope busca evitar estafas.

De acuerdo con cifras aportadas por la plataforma, actualmente cuenta con más de 50 millones de usuarios en el mundo y 750.000 creadores de contenido. Esto demuestra un crecimiento boyante, pues en enero de 2020 solo reportaba 200.000 creadores y 20 millones de usuarios.

Esta tasa de crecimiento es el sueño de muchos modelos de negocio. Se estima que cada 24 horas se unen entre 6.000 y 7.000 nuevos creadores y unos 200.000 usuarios.

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Sus ingresos son igualmente impresionantes. En los últimos cuatro años, sus transacciones alcanzaron US$1.000 millones.

La plataforma ha puesto a temblar a la industria del sexo en internet, que de por sí ya venía de capa caída desde hace una década, pues, a pesar que en un solo día páginas como Pornhub, RedTube y YouPorn reciben cerca de 100 millones de visitas, las ganancias vienen en picada por la gran cantidad de contenido gratuito disponible.

Por esto, las productoras de cine para adultos atraviesan dificultades por dicha caída en las ganancias y han bajado la remuneración de los actores, quienes cada vez reciben menos ingresos por su trabajo y tienen unas condiciones laborales bastante precarias.

Todo parece indicar que la industria pornográfica tradicional, que fue una mina de oro a finales de los noventa y principios de la década de 2000, y cuya meca se encuentra en San Fernando, California, viene pasando problemas con su modelo de negocio.

Hoy, grandes portales roban su contenido y lo muestran de manera gratuita.

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Este fin de ciclo perfectamente se podría equiparar con lo que vivieron las tiendas de alquiler de video como Blockbuster con la llegada de Netflix y otras plataformas de video on demand.

Como era de esperarse, muchos de los artistas de la industria porno han incursionado en Onlyfans. Gracias a esto, hoy son dueños de su propio contenido, se ahorran gastos de intermediación, reciben una mejor remuneración y no se encuentran sometidos a las productoras.

Así las cosas, se podría decir que este modelo de negocio creado por Stokely, a quien llaman el Mark Zuckerberg del porno, ha democratizado la industria del entretenimiento para adultos; algo similar a lo que vienen haciendo desde hace algunos años en otros sectores actores disruptivos que rompieron paradigmas gracias a la tecnología, como es el caso de Rappi, Uber o Airbnb.