Muchas parejas con años de matrimonio creen que para mejorar el sexo es necesario cambiar el desempeño en la cama. Pero una nueva investigación hecha por psicólogos de las universidades de Rochester, Cornell Tech y Bar Ilan, en Israel, encontró que el trabajo para reiniciar la llama de la pasión debe hacerse fuera de las cobijas. Los expertos encontraron que el amor apasionado dura entre uno y tres años y luego el deseo disminuye. En la mujer empieza a depender más de cuestiones emocionales como la amabilidad, las expresiones de cariño y la atención de la pareja ante sus necesidades cotidianas. Aunque suene raro, la pasión crece por cosas tan sencillas como escuchar sin juzgar ni interrumpir o dar consejos, y apoyar en la crianza y labores domésticas. Según los expertos ciertos tipos de intimidad son mejores que otros. Por ejemplo, ver a la pareja afeitándose es un matapasiones. El estudio fue publicado en Journal of Personality and Social Psychology.