La cúrcuma es una especia muy utilizada en las cocinas del mundo, debido a sus aportes de sabor a las preparaciones gastronómicas. Además, se le atribuyen beneficios relacionados con la salud, gracias a que es fuente de diversos nutrientes.
Esta es una planta que crece en Asia y América Central, principalmente. Sus compuestos, llamados curcuminoides son los que le otorgan las propiedades medicinales. De igual forma, sus aceites volátiles, proteínas, resinas y azúcares también contribuyen a su poder sanador. A esto se suma que contiene fibra dietética, vitaminas C, E y K, niacina y minerales como sodio, calcio, potasio, cobre, magnesio, hierro y zinc.
Pero, además de su aporte a la salud de las personas y a la gastronomía, se dice que la cúrcuma resulta favorable como fertilizante y pesticida para las plantas. El portal El Mueble indica que esta especia ayuda a que las matas crezcan más sanas y bonitas, además de que mejoraría las características de los frutos, en el caso de las frutales.
En este caso son también los curcuminoides los que ayudarían a cuidar y preservar la salud de las matas, gracias a que sirve como insecticida, repelente y fungicida. Se dice que esta especia es buena para repeler las plagas de insectos y bichos que suelen devorar las plantas, como es el caso de las hormigas, las larvas del gusano del cole, los escarabajos, los ácaros y otras especies más.
Así mismo, con el paso del tiempo las plantas pueden sufrir una gran cantidad de heridas por diferentes motivos. Algunas de las más comunes son daños causados por animales, ramas rotas y podas y se dice que la cúrcuma actúa como una medicina, según indica el portal Gastrolab.
¿Cómo preparar el fertilizante casero?
Para preparar el fertilizante casero a base cúrcuma, lo recomendable es dejar secar las raíces de la planta y triturarlas, pero también se puede utilizar la que está procesada, la que viene en polvo y que normalmente se tiene en algún cajón de la cocina.
Se dice que como fertilizante es ideal para aplicar en plantas como las orquídeas, pues ayuda a revivirlas y a que las raíces se recuperen. Para ello se prepara un abono con una cucharadita de cúrcuma en polvo en medio litro de agua y se mezcla hasta disolver. Se remoja un algodón y con el mismo se limpian tanto las hojas como los tallos de esta planta. Se colocan las raíces de la orquídea en el resto de la mezcla del abono de cúrcuma, se deja ahí por media hora y se retira. Se lleva a otro recipiente y se añade agua para cubrir las puntas de las raíces.
Si se utiliza como fungicida para prevenir y controlar algunas infecciones generadas por hongos, es recomendable diluir entre 20 y 30 gramos de cúrcuma en polvo por cada litro de agua y pulverizarla sobre la planta dañada. Si siguen presentándose hongos, se espera entre dos y tres días y se vuelve a aplicar la mezcla.