Un buen colchón es esencial para un sueño reparador y una buena salud en general. Sin embargo, con el tiempo, todos los colchones se desgastan y pierden su capacidad de brindar soporte y comodidad, incluso los colchones de la mejor calidad pueden deteriorarse, afectando negativamente el descanso.
Muchas personas subestiman la importancia de reemplazar su colchón a tiempo, lo que puede llevar a noches de incomodidad y problemas de salud a largo plazo. Reconocer las señales de un colchón desgastado es esencial para mantener un ambiente de sueño óptimo.
Alejandro Buitrago, líder regional de Americana de Colchones, le comentó a SEMANA que un colchón promedio tiene una vida útil de 7 a 10 años. “Pasado este tiempo es importante cambiarlo, ya que puede generar molestias como dolor de espalda, cuello o articulaciones”, asegura.
Otra señal de que el colchón necesita un cambio, según el experto, son las áreas hundidas o bultos, estos son signos claros de desgaste. De acuerdo con Buitrago, un colchón debe mantener una superficie uniforme y nivelada para ofrecer un soporte adecuado.
Un factor que también determina el momento de cambiar el colchón es si el colchón cruje o hace ruidos extraños cuando la persona se mueve. Estos ruidos pueden interrumpir el sueño y hacer que sea difícil dormir bien.
“Si ha notado una disminución en la calidad de su sueño o se despierta frecuentemente durante la noche, puede ser el momento de evaluar su colchón. Un sueño interrumpido puede ser una señal de que su colchón ya no le brinda el confort necesario”, sostiene.
La tecnología de los colchones ha avanzado significativamente en los últimos años. Los nuevos modelos ofrecen mejores materiales y diseño ergonómico, proporcionando un sueño más confortable y saludable.
No solo el sueño se puede ver interrumpido, sino la salud en general puede verse afectada. “Con el tiempo, los colchones pueden albergar ácaros del polvo, moho y otras alergias. Si se sufre de alergias o asma, el colchón viejo podría estar empeorando los síntomas”, indica.
No solo hay que pensar en el colchón, sino también en la ropa de cama o tendidos. Los ácaros sobreviven gracias a la ingesta de agua de la atmósfera, el sudor y la piel muerta los alimenta, por eso se debe cambiar las sábanas una vez a la semana y las fundas de almohada hasta dos veces por semana, particularmente si presenta problemas respiratorios.
De igual forma, se recomienda esperar un tiempo antes de tender la cama para que los ácaros no tengan un medio de cultivo.