El aire acondicionado puede afectar a los gatos de manera similar a como afecta a otros animales, como los perros, aunque hay algunas consideraciones específicas para los felinos:
Regulación de la temperatura: al igual que los perros, los gatos pueden beneficiarse del aire acondicionado en climas cálidos, ya que les ayuda a evitar el sobrecalentamiento. Los gatos, especialmente los de pelaje largo, pueden estar más cómodos en un ambiente fresco.
Riesgo de enfriamiento excesivo: los gatos, especialmente los de razas pequeñas, gatos mayores o aquellos con problemas de salud, pueden ser sensibles a las temperaturas frías. Si el aire acondicionado está demasiado bajo, los gatos pueden enfriarse excesivamente, lo que podría llevar a molestias o problemas de salud.
Problemas respiratorios: el ambiente frío y seco del aire acondicionado puede causar o agravar problemas respiratorios en algunos gatos. Gatos con problemas respiratorios preexistentes, como el asma felina, pueden ser más susceptibles a la sequedad o al cambio de temperatura.
Comportamiento y bienestar: los gatos suelen buscar lugares cálidos y cómodos, por lo que podrían preferir evitar áreas directamente expuestas al aire acondicionado. Asegúrate de que tu gato tenga acceso a un lugar cálido y cómodo si el aire acondicionado está en uso.
Las enfermedades parasitarias más comunes en gatos domésticos: así puede prevenirlas
Las mascotas han adquirido una mayor relevancia en el ámbito familiar, interactuando estrechamente con sus cuidadores. Teniendo en cuenta esta cercanía, es de vital importancia garantizar su salud y bienestar.
Para el caso de los gatos, tradicionalmente han sido mascotas más ‘caseras’, llegando incluso a compartir habitación y cama con sus cuidadores. No obstante, al igual que sucede con otras especies, este detalle no los exonera de padecer enfermedades causadas por parásitos. MSD Salud Animal detalla cuáles son los padecimientos más comunes entre los felinos.
Bartonelosis felina
Es una enfermedad causada por un grupo de bacterias llamadas bartonellas (Bartonella henselae, clarridgeiae, koehlera). Esta infección suele ser transmitida por las pulgas, aunque también puede ser por medio de las garrapatas.
Los gatos pueden infectarse con las heces de las pulgas, las cuales ingresan a través de una herida previa o al sufrir un arañazo del mismo gato. Esta bacteria causa anemia e inflamación de los músculos del diafragma (miositis diafragmática). Además, se pueden manifestar signos como inflamaciones, infecciones, reducción de eosinófilos en la sangre (eosinofilia), fiebre, entre otros signos.
La bacteria también puede afectar la salud de los humanos, manifestándose como trastornos inflamatorios del ojo y trastornos neurológicos. Asimismo, las personas inmunodeprimidas, niños y adultos mayores con la población más vulnerable.
Toxocariasis felina
Los gatos infectados con este parásito pueden presentar signos como letargia, falta de apetito y vómito. Por su parte, las personas también son susceptibles si entran en contacto con un gato infectado. Los niños son especialmente vulnerables a contraer esta enfermedad.
“La desparasitación regular es una forma efectiva de prevenir y controlar las infestaciones parasitarias en los gatos. Es esencial seguir las pautas de desparasitación recomendadas por el profesional veterinario para garantizar la eficacia y la seguridad del tratamiento, ya que estos parásitos no solo afectan a los gatos, sino que también pueden transmitir enfermedades graves e incluso ser una amenaza para la salud humana”, indica Gabriel García, médico veterinario y gerente técnico de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal en Colombia.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.