El ajo es uno de los ingredientes que más usan las personas en la cocina, debido al sabor y versatilidad que aporta a la hora de preparar diferentes alimentos. Además, se le atribuyen diversos beneficios para la salud, gracias a que es muy rico en nutrientes.

Por ejemplo, se dice que es favorable para aliviar afecciones relacionadas con el corazón y el sistema sanguíneo, como presión alta, colesterol elevado, enfermedades de las arterias coronarias, ataques al corazón y para evitar la arteriosclerosis.

Es un producto que aporta minerales como manganeso, calcio, cobre y potasio, además de vitaminas B6 y C; tiene pocas calorías, y la recomendación es incluirlo en el marco de una dieta equilibrada y saludable.

Una de las mejores formas de aprovechar los beneficios del ajo es consumirlo crudo. | Foto: Getty Images

Según el análisis “Revisión: Efectos cardiovasculares del ajo (Allium sativum)”, este vegetal ha sido utilizado desde hace mucho tiempo y en muchos lugares este alimento forma parte de la medicina popular. En los últimos tiempos se ha incrementado el número de estudios sobre la efectividad del ajo en la normalización de los factores de riesgo cardiovascular y sobre el papel del mismo en el tratamiento de dichas enfermedades.

“Trabajos recientes señalan la existencia en el ajo de gran cantidad de sustancias, muchas de ellas azufradas, con importantes aplicaciones en el campo de la salud”, precisa el mencionado análisis.

Sin embargo, es importante saber cómo conservarlo para que dure más y con el fin de que mantenga sus características y propiedades medicinales. Estos son algunos consejos para mantenerlo por más tiempo.

Cómo conservarlos

Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es comprar las cabezas de ajo frescas, que estén duras y que tengan la piel, ya que esto ayudará a conservarlos durante más tiempo.

El ajo puede consumirse en ayunas. | Foto: b-d-s

De igual forma, es importante evitar ubicarlos en zonas que tengan humedad y menos en la nevera. Esto hace que se ablanden y se dañen con mayor facilidad. Por esta razón es mejor buscar un lugar oscuro y seco para que se conserven en una buena condición.

El portal Hogarmanía indica que también es clave mantenerlos alejados de la luz dentro de un recipiente abierto y, siempre que se pueda, alejado de otros alimentos.

Si bien una cabeza de ajo bien conservada puede duran más de ocho semanas, es importante tener en cuenta que una vez se rompe, su tiempo de duración puede ubicarse entre una semana y diez días.

Se dice que los dientes de ajo se pueden conservar, por ejemplo, en aceite. Solo se requiere meterlos en un recipiente pequeño y cubrirlos con aceite de oliva y así estarán siempre listos para el momento en que se requiera de su uso. Otra opción es picarlos y guardarlos en pequeños paquetes en el congelador.

El ajo puede conservarse en aceite de oliva. | Foto: Getty Images

Una opción más es crear una sal de ajo. Para ello se requiere secar los dientes de ajo, convertirlo en polvo con la ayuda de una picadora y mezclar este polvo de ajo seco con sal, lo cual hace que esté disponible para agregar a las diferentes preparaciones gastronómicas.

Propiedades el ajo

Hay evidencia que indica que ajo tiene propiedades diaforéticas, expectorantes, antiespasmódicas, antisépticas, antimicrobianas, hipotensivas y antihelmínticas y es un promotor de la leucocitosis. En la cultura popular es muy usado para el tramiento de afecciones como la bronquitis y gripas. También se ha utilizado para tratar dispepsias y espasmos abdominales. Tópicamente, se ha utilizado para el tratamiento de callos, verrugas, otitis, artritis, artralgias, neuralgias o ciática.

Uno de sus principales beneficios es que se ha demostrado que el ajo fresco y muchos de sus preparados poseen efecto antioxidante, lo cual resulta muy benéfico para el organismo.

Referencias científicas

Revisión: Efectos cardiovasculares del ajo (Allium sativum)