Comer carne roja hace parte del menú que consume una buena cantidad de personas. Sin embargo, como pasa con otros alimentos, no se recomienda ingerir esta proteína de forma excesiva.
Teniendo en cuenta una publicación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México, consumir carnes rojas trae consigo ciertos beneficios. Por ejemplo, es fuente de vitamina B12, la cual metaboliza las proteínas, forma glóbulos blancos y mantiene el sistema nervioso central.
En la misma vertiente, los expertos dan a conocer que la carne roja “es rica en zinc, que ayuda a protegernos contra el daño oxidativo, a la cicatrización de la piel y para crear hemoglobina”.
Además, se le adjunta el aporte de hierro, puntualmente para tener un buen transporte de oxígeno a través de la sangre.
La producción de carnes rojas es alta en todo el mundo. De acuerdo con el Consejo Mexicano de la Carne, se identifica a este tipo de proteína cuando es proveniente de ovinos, bovinos y porcinos.
Por su parte, un estudio enfocado en el análisis de consumo de carnes rojas y su asociación con la mortalidad, publicado en la Revista chilena de nutrición, advierte que es necesario controlar la cantidad de carnes rojas que se ingiere, pues, de no ser así, puede que sean la causante de problemas de salud.
“Un excesivo consumo de carnes rojas se ha asociado tradicionalmente con el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, aumento del colesterol total, gota y ciertos tipos de cáncer”, precisan los académicos.
En resumen, a la hora de comer carne es importante que se mantenga en total conservación, ya que, con ello, permanecen las propiedades nutricionales que tiene.
La forma de conservar la carne
Acudiendo a datos de El Universal, comer carne es algo que demanda de atención y conservación. Respecto a la segunda variable, cuando el producto no está fresco puede desarrollar infecciones de tipo intestinal.
Adicionalmente, la vitamina B12 que tiene la carne roja y las otras propiedades se pueden ver opacadas por la mala conservación.
Por lo tanto, los conocedores del tema comparten ítems a considerar para que la proteína, que proviene de la vaca o el cerdo principalmente, permanezca en las mejores condiciones posibles.
Esto es lo que se debe tener en cuenta a la hora de conservar la carne:
1. Temperatura en la refrigeración: se determina que la carne debe conservarse en el refrigerador a una temperatura de cuatro grados Celsius; además, es preciso decir que no se recomienda que el producto este fuera del refrigerador por más de dos horas, ya que el tiempo hace que se proliferen las bacterias.
2. Almacenamiento: se aconseja hacer el almacenamiento de la carne en recipientes herméticos por el hecho de que contribuyen a la preservación del sabor y textura. Otra opción es dar uso a bolsas conservadoras.
3. Higiene: el lavado de manos es imprescindible para manipular las carnes rojas, esto antes y después de cocinarlas; demás, también se debe lavar cada uno de los utensilios que entran en contacto con los productos para evitar lo que se conoce como “contaminación cruzada” en los alimentos.
En conclusión, dichas prácticas seguras contribuirían a que la carne roja tenga un buen aspecto, mientras que no se pierden las propiedades que le otorgan al organismo.