El ajo es uno de los ingredientes más usados en las cocinas para dar sabor a las comidas, pero también se destaca por las bondades que brinda desde el punto de vista medicinal, pues se dice que es bueno para tratar y prevenir el desarrollo de diversas afecciones, debido a su elevada densidad nutricional.
Por ejemplo, hay personas que lo usan para aliviar patologías relacionadas con el corazón y el sistema sanguíneo, como presión alta, colesterol elevado, enfermedades de las arterias coronarias, ataques al corazón y la arteriosclerosis.
Es un producto que resulta importante porque contiene minerales como manganeso, selenio, calcio, cobre o potasio, además de vitaminas B6 y C. Sumado a ello, tiene pocas calorías, por lo que se aconseja incluirlo en el marco de una dieta equilibrada y saludable para potenciar sus beneficios.
Información del portal Healthline le atribuye sus beneficios para la salud a la riqueza en compuestos de azufre que se forman cuando se cortan, trituran o mastican los dientes de ajo crudo. Uno de los más importantes es la alicina.
¿Cómo cultivarlo?
Dadas sus bondades medicinales y su uso permanente en la preparación de alimentos, cultivarlo en casa es una buena alternativa para tenerlo disponible cuando se requiera y para ello no hay que realizar un gran esfuerzo.
El portal Cocina Vital indica que para iniciar el cultivo solo se requiere un diente de esta planta, pero si se quiere maximizar el rendimiento, lo mejor es optar por la siembra de varios de ellos y una de las recomendaciones es seleccionar de los más grandes con el fin de asegurar que los cultivos sean igualmente de cabezas de ajo de un buen tamaño.
Para llevar a cabo el proceso solo se requiere de lo siguiente:
- Dientes de ajo.
- Una maceta.
- Tierra.
- Agua.
Lo ideal es elegir tierra que deje pasar el agua fácilmente y que no esté fertilizada. Si la tierra retiene demasiada agua, es posible que el ajo no se reproduzca debido a que se pudre.
- Se llena la maceta con la tierra.
- Con un dedo o un objeto delgado, se realizan agujeros en la tierra, los cuales deben ser de unos cinco o seis centímetros.
- Se vierte un poco de agua sobre los agujeros.
- Se coloca el diente de ajo en el orificio creado.
- Se cubren con un poco más de tierra los agujeros.
- Se vierte un poco más de agua sobre la maceta y ya se deja para que germine.
Es un cultivo que no requiere mucha agua por lo que el riego debe efectuarse ocasionalmente y, además, se debe tener mucha paciencia y constancia hasta que el ajo se reproduzca. Si las condiciones están dadas el tiempo para que germine puede oscilar entre siete y 10 días, en caso de que esto no ocurra puede tardar hasta un mes.
¿Cuándo se deben plantar?
El portal El Mueble indica que, debido a que hay dos tipos de ajo, se deben tener en cuenta las mejores épocas para cultivar sea uno o el otro, pues hay ajo blanco y rosado. El primero es más amante del frío y lo ideal es cultivarlo entre octubre y noviembre, por lo que es uno de los cultivos que se puede realizar en otoño e invierno. Sin embargo, los ajos de color rosado se cultivan entre enero y marzo.
En cuanto al clima, lo normal es que broten mejor durante la temporada de frío, pero como ya se mencionó, depende de la variedad y la zona en que la persona habite. En los climas más fríos, se recomienda plantar ajos una vez pasada la peor época de invierno, mientras que en las zonas templadas se puede cultivar hasta dos veces al año.