Entre tantos elementos en materia de decoración, las plantas son unas de las más aclamadas por las personas gracias a su belleza y su poder energético. Ellas purifican los espacios al aportar oxígeno durante el día, absorbiendo también gases contaminantes y mejorando así la calidad del aire, además de combatir la humedad.
Las diversas propiedades de las plantas también aportan beneficios para la salud. Se considera que son una buena terapia para el estrés, ya que transmiten tranquilidad y alegría. Además, algunas plantas tienen la capacidad de estimular la concentración.
Entre las plantas de jardín más tradicionales se encuentra la caléndula, una de las más comunes, no solo por su autenticidad, sino también porque es una planta que se puede encontrar en cualquier lugar debido a sus orígenes mediterráneos.
En la cultura tradicional, la caléndula se ha utilizado con fines medicinales, siendo comúnmente empleada para tratar heridas, erupciones cutáneas, inflamaciones y muchas otras afecciones. Gracias a sus químicos, es capaz de generar nuevo tejido en las heridas.
Sin embargo, es posible que su periodo de florecimiento sea bastante largo, o al menos más extenso de lo que los amantes de las plantas esperan. No obstante, con buenos cuidados se puede acelerar el crecimiento de la caléndula.
¿Cómo se debe cuidar una planta de caléndula?
Esta particular planta suele medir entre 50 y 70 centímetros de altura y crece en forma de mata y de manera anual. Sin embargo, es amada por muchas personas debido a la forma de sus hojas ovaladas y su tamaño, que pueden llegar a medir hasta 10 centímetros.
En este contexto, es fundamental seleccionar un buen lugar para plantar la caléndula, ya que esto se reflejará en el desarrollo de sus raíces, que pueden alcanzar hasta 30 centímetros de profundidad.
La importancia de la luz: Una buena exposición a la luz natural permitirá que la planta crezca de forma saludable y rápida. Por lo tanto, debe ubicarla en un lugar donde reciba luz solar adecuada para florecer correctamente. No obstante, tenga en cuenta que las semillas deben germinar en la sombra.
Riesgo constante: Al igual que cualquier planta, la caléndula necesita agua para sobrevivir. Sin embargo, procure no excederse en el riego, ya que esto podría dañar el crecimiento de sus raíces.
Abono suficiente: Para que la planta luzca saludable, requiere una buena dosis de nutrientes, los cuales se encuentran en el abono. Asegúrese de que la tierra tenga suficiente aireación para evitar la acumulación de humedad que pueda afectar su crecimiento.
Cambio de tierra: Una vez comience a ver resultados en el crecimiento de la planta, es importante seguir promoviendo su desarrollo. En este punto, es necesario realizar un cambio de tierra para eliminar las ramas marchitas y proporcionar nuevos nutrientes.