Con frecuencia se escucha hablar de las suculentas y de manera habitual también se ven en los jardines tanto interiores como exteriores de las casas. Se trata de plantas de fácil cuidado, que se caracterizan porque almacenan agua en sus hojas, tallos o raíces, lo que les permite adaptarse a ambientes áridos y sobrevivir en condiciones de sequía.

La oferta de estas matas es amplia, pues son muchas las formas, tamaños y colores en las que se encuentran. La revista Architectural Digest indica que existen más de 7.000 especies de suculentas y cada una de ellas se diferencia no solo por sus formas, sino también por sus colores. Pero existe la posibilidad de que, sin importar qué especie de suculenta tengan las personas en su casa, se les pueda cambiar el color.

Esa modificación en el tono se realiza a través del proceso de fotosíntesis, en el cual las plantas absorben agua y dióxido de carbono para luego transformarlos en glucosa y oxígeno. Aquí los pigmentos que trabajan son la clorofila (verde), carotenoide (amarillo o naranja) y antocianina (rojo, morado y azul).

Las suculentas son de las plantas más comunes en los hogares. | Foto: Getty Images

Así las cosas, si las plantas se encuentran en sombra o en un área con poca luz, se mantendrán en un color verde, ya que la clorofila se encuentra más presente al ser la responsable de capturar lo que encuentre de luz solar para mantener en marcha la fotosíntesis. Por otro lado, cuando las suculentas se encuentran bajo el sol, las antocianinas son las que trabajan, otorgándoles a estas matas tonos rojos, morados o azules.

¿Cómo realizar el proceso?

Lo primero que hay que advertir es que, según los expertos, este no es un tema para principiantes; sino que lo ideal es que lo efectúen personas conocedoras de estas plantas. Para lograr que las suculentas cambien de color es necesario estresarlas, es decir, recrear su hábitat natural y observar los cambios que presentan al exponerlas a condiciones extremas.

Las suculentas son plantas que no requieren de mayores cuidados. | Foto: Getty Images

Lo primero que debe hacerse es seleccionar la suculenta con la que se quiere experimentar y comprar o hacer un sustrato especial para estas especies. De igual forma, se debe reducir la frecuencia del riego, pero cuando se aplique el agua es importante procurar que sea abundantemente.

También se deben cambiar de lugar y exponerlas a mayor luz natural. Por ejemplo, se pueden poner durante el día cerca a las ventas y guardarlas en zonas sombreadas en las tardes y noches. No se les debe aplicar fertilizante porque al hacerlo las suculentas volverán a su color original. Este paso se puede dar si se quiere tener la mata en su forma inicial.

Recomendaciones

Cuando la persona decida cambiar el tono de estas plantas, es importante que sepa que es algo que no se puede hacer con todas las especies. Entre las que sí modifican su color se encuentran los aloes, las kalanchoes, los sedums, las euforbias y las echeverias.

Las suculentas son plantas con diversidad de formas, tamaños y colores. | Foto: Getty Images

También es importante hacer seguimiento y observar bien el comportamiento de las plantas cuando se inicia el procedimiento de cambio de color, pues si se evidencia que sus hojas se queman o se pintan sus puntas de color marrón o negro, significa que se están dañando por lo que lo recomendable es detener el proceso.