El consumo diario de verduras es una de las principales recomendaciones de los especialistas en nutrición. La ingesta regular de estos productos resulta muy saludable y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, junto con las frutas, los vegetales son ideales para ayudar a prevenir el desarrollo de diversas enfermedades.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que las verduras son una parte importante de una dieta quilibrada. Las verduras de hoja verde como la lechuga, la espinaca, el repollo y la col rizada brindan nutrientes que ayudan a proteger a las personas de afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer.

Sin embargo, estas verduras, al igual que algunas frutas, en ocasiones están contaminadas con microbios dañinos. Lavarlas no elimina todos los microbios, debido a que algunos de ellos pueden adherirse a la superficie de las hojas e incluso penetrarlas, por lo que este proceso siempre debe hacerse de manera minuciosa.

Antes de consumir, se debe hacer un correcto lavado de la lechuga, utilizando bastante agua. | Foto: AfricaImages

Los riesgos

Cuando una persona come verduras de hoja verde contaminadas sin cocinarlas antes, como en una ensalada o un sándwich, podría enfrentarse a diversas afecciones. Entre los microbios dañinos que a veces se encuentran en las mismas están: E. coli, norovirus, Salmonella, Listeria, y Cyclospora, de acuerdo con la mencionada fuente.

Si bien cualquier persona puede contraer enfermedades transmitidas por los alimentos, a lo que normalmente se le conoce como intoxicaciones alimentarias, algunos grupos poblacionales tienen más probabilidades de contraerlas y de que su enfermedad sea más grave. Estos grupos incluyen:

  • Los adultos de 65 años o más
  • Niños menores de cinco años
  • Personas con el sistema inmunitario debilitado debido a un problema de salud o a que toman medicamentos que reducen la capacidad del cuerpo para combatir microbios y enfermedades
  • Personas en estado de embarazo
La lechuga es fuente de vitaminas y minerales. | Foto: Getty Images

Como ya se mencionó, dentro de las las múltiples opciones que verduras está la lechuga, una verdura que se caracteriza por ser una buena fuente de nutrientes, particulamente vitaminas, pero que se incluye en la lista de aquellas que debe lavarse muy bien para prevenir efectos dañinos.

Estas son algunas recomendaciones para su limpieza antes de consumirla.

¿Cómo lavarla?

En primer lugar, uno de los consejos es lavar la lechuga justo en el momento antes de usarla ya que no se conserva igual después de limpiarla. De igual forma, se deben lavar solo las hojas que se van a consumir y el sobrante se mantiene en la nevera, según el portal de estilo de vida unCOMO.

También es importante la perfecta limpieza de la zona de trabajo y de las manos. Así las cosas, el lavaplatos o lugar en donde se vaya a lavar, la cocina, la tabla de picar y el recipiente a usar deben estar completamente limpios para evitar bacterias.

La lechuga puede contener microbios en sus hojas. | Foto: Getty Images

Una de las recomendaciones es eliminar todas las hojas exteriores de la lechuga que estén oscuras, magulladas o secas. En un fregadero limpio o recipiente, se coloca la lechuga y se lava con agua fría. Se deja en remojo unos cinco minutos aproximadamente. No es aconsejable dejarla mucho tiempo en esta condición porque podría ablandar y perder su textura.

Luego se escurre el agua y se enjuaga la lechuga hoja por hoja bajo del grifo y antes de usarla se debe dejar que se seque. Se puede poner en un colador limpio, una centrifugadora de ensalada o toallas de papel limpias. De esta manera, se consigue que se termine de extraer cualquier resto que haya podido quedar impregnado en esta hortaliza.

Hay personas que cuando la ponen en remojo, le añaden un chorrito de vinagre y otras le agregan media tacita de sal yodada. Cualquiera de las dos opciones puede ser válida para ayudar a eliminar posibles microbios, pero luego debe enjuagarse muy bien.