Realizar aseo en la casa es una labor que pocos disfrutan, en especial cuando hay muebles con los que hay que lidiar de más, como el sofá. ¿Quién no ha manchado este mueble de la sala con café, por ejemplo? ¿O a quién no le han manchado una silla con vino en una noche de copas entre amigos?
Si se sintió identificado con las preguntas, pero en especial por la falta de respuestas, este artículo puede ser de interés para usted. A continuación, algunas fórmulas para retirar las manchas de un sofá sin que termine siendo una pesadilla.
Cómo retirar las manchas de un sofá de tela
Una buena opción para retirar las manchas de un sofá de tela es optar por vinagre, debido a sus propiedades desinfectantes. En este caso en particular, se puede mezclar un tercio de este líquido con un dos tercios de agua.
Una vez preparada la mezcla, la idea es introducirla en un atomizador para luego rociarla en el área afectada del sofá. El siguiente paso es utilizar un paño limpio para frotar suavemente, con movimientos circulares, la zona manchada.
Para acabar con la limpieza, es necesario utilizar otro paño, que servirá para extraer el exceso de vinagre que aún quede en el sofá.
Sal y limón, dos aliados para quitar las manchas de un sofá
Si lo que está opacando la imagen del sofá es una mancha de grasa, la sugerencia es apostar por una mezcla entre sal y limón para deshacerse de ella. ¿Cómo?
Lo primero que debe hacer es exprimir un par de limones para obtener un zumo que posteriormente se mezclará con una cucharadita de sal, reconocida no solo por su poder para darle sabor a la comida, sino por su poder blanqueante.
Con un paño, frote el zumo de limón con sal sobre la mancha de grasa con cuidado, hasta que comience a desvanecerse.
Agua oxigenada, la clave para eliminar manchas de vino
Si el sofá fue víctima de un amigo despistado que en una noche de copas derramó el vino, se puede limpiar con una fórmula que no tome como base ni el vinagre ni la sal. ¿Cuál? La mezcla entre agua oxigenada y agua corriente.
Una vez mezcle el agua oxigenada con el agua corriente, tome un paño y repáselo por el área afectada. Eso sí, no lo retire de inmediato, déjelo actuar algunos minutos para que surta efecto.