La sansevieria o lengua de suegra es una de las plantas más usadas en los hogares. También conocida como lengua de tigre, lengua de vaca, rabo de tigre y espada de San Jorge, esta es una mata muy decorativa y resistente que no requiere de muchos cuidados.
Se trata de una planta que aguanta muy bien tanto temperaturas elevadas como bajas, además de que ayuda a limpiar el aire del interior de la casa y se le atribuyen beneficios energéticos relacionados con protección y con la atracción de dinero y prosperidad.
Dado que no necesita de estar muy pendiente de ella, esta planta rara vez se estropea o muere, pero hay que tener en cuenta algunas recomendaciones generales que ayudan a mantenerla en buen estado y que se conserve siempre bella y atrayendo buena energía al hogar.
Cuando no se brindan los cuidados mínimos, es posible que sus hojas empiecen a ponerse amarillas y la planta muera. El portal unCOMO indica que esta es una mata de clima cálido y por ello si la persona vive en zonas frías, la mejor opción para mantenerla a buena temperatura es ponerla en espacios interiores, a fin de que prospere mejor.
Buena iluminación
Por otro lado, es amante de la luz y por ello se debe colocar en alguna zona del hogar donde reciba la máxima iluminación natural posible, evitando que le den los rayos del sol de manera directa. Se dice que la sansevieria acepta y tolera una iluminación baja durante un periodo corto de tiempo.
En lo que tiene que ver con el riego, esta planta no requiere mucha agua. Para que se conserve en buena condición solo se debe regar una o dos veces, como máximo, por semana. No se le debe proporcionar mucho riego porque se pudre.
En cuanto a la tierra, se debe saber que la lengua de suegra no requiere que sea algo especial, pues no necesita mucho fertilizante, pero se le puede aplicar alimento de cactus. Esto hará que la planta sea más fuerte y resistente.
¿Cómo rescatarla si se está muriendo?
Como ya se mencionó, rara vez la lengua de suegra se daña o muere, pero puede suceder si no se cuida correctamente. Por ejemplo, si hay un exceso de agua, en ese caso es necesario sacar la planta de la maceta, airear las raíces y esperar a que se sequen. Es un método que no se utiliza demasiado, pero ayuda a que la planta no se pudra y se recupere sus problemas de salud.
En cuanto a sus hojas, si están en mal estado y comienzan a adquirir un color poco habitual, es mejor usar la poda. Lo ideal es retirar aquellas que están marchistas y hacerlo suavemente para no romper otras que sí estén en buenas condiciones. También se puede cambiar el sustrato si se considera que se debe hacer.
Es importante procurar no tocar las puntas de las hojas, ya que son sensibles y pueden estropearse con facilidad.
Al final, el cuidado de esta planta está muy relacionado con las condiciones de la vivienda, del clima y si se tiene en espacios interiores o exteriores. De esto también dependerá que entre en proceso de floración que normalmente se da en verano.