Lavar la ropa es un procedimiento que a simple vista parece sencillo, sin embargo, resulta prudente aplicar cuidados especiales para evitar que las prendas sufran daños. Por ejemplo, un error común implica la no separación de colores, lo que puede derivar en manchas.

Precisamente, la ropa blanca es la que más se expone a manchas, incluso durante el proceso de lavado. Por esta razón, hay quienes prefieren separar sus prendas por colores antes de llevarlas a la lavadora.

Los retos con la ropa blanca incluyen el riesgo de mancharse, decolorarse y desgastarse. Ahora bien, para prevenir estos escenarios adversos vale la pena aplicar ciertos trucos caseros que han sido empleados a lo largo del tiempo para cuidar estas prendas.

En primera instancia, hay que remojar la ropa blanca antes de llevarla a la lavadora. Este es el paso a paso:

Materiales:

  • Recipiente grande (balde, tina, etc.)
  • Agua caliente o fría (dependiendo del tipo de tela).
  • Detergente para ropa blanca.
  • Blanqueador a base de cloro o oxígeno (opcional).
  • Vinagre blanco (opcional).
La ropa blanca es más propensa a ensuciarse. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Procedimiento:

  • Separar la ropa blanca: Clasificar la ropa blanca por tipo de tela (delicada, resistente) y por color (blanco puro, blanco con tonos).
  • Llenar el recipiente con agua: Usar agua caliente para manchas grasientas o aceite, y agua fría para telas delicadas. La cantidad de agua debe cubrir completamente la ropa.
  • Agregar detergente: Seguir las instrucciones del fabricante de detergente para la cantidad adecuada.
  • Agregar blanqueador (opcional): Si la ropa está muy sucia o tiene manchas difíciles, agregar blanqueador a base de cloro u oxígeno. Seguir las instrucciones del fabricante del blanqueador para la cantidad adecuada.
  • Sumergir la ropa: Introducir la ropa blanca en el recipiente y asegurarse de que quede completamente bajo el agua.
  • Dejar remojar: El tiempo de remojo depende del tipo de tela y la suciedad de la ropa. Para ropa ligeramente sucia, 30 minutos a 1 hora puede ser suficiente. Para ropa muy sucia o con manchas difíciles, puede dejarse hasta 4 horas o toda la noche.
  • Revolver la ropa ocasionalmente: Ayudará a que el detergente y el blanqueador se distribuyan uniformemente.
  • Lavar la ropa como de costumbre: Una vez terminado el remojo, lavar la ropa en la lavadora con el ciclo habitual de lavado.
  • Secar la ropa al sol: Si es posible, secar la ropa blanca al sol, ya que esto ayudará a mantener su blancura.
Es recomendable secar la ropa blanca al sol. | Foto: Getty Images

Estos pasos pueden facilitar un lavado de ropa blanca exitoso, evitando cualquier tipo de daño. No obstante, hay que ser cuidadoso para no caer en excesos que también puedan deteriorarla. Por ejemplo, remojar las prendas más de la cuenta puede dañarla.

También es clave aplicar el tratamiento adecuado en función del material. La ropa de seda, lana o cuero, por ejemplo, no se deben remojar.