Ciertamente, muchos son los parásitos que se encuentran en diferentes alimentos que pueden infectar a una persona, como los oxiuros o los nematodos. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “parásitos, como Ascaris, Cryptosporidium, Entamoeba histolytica o Giardi, se introducen en la cadena alimentaria a través del agua o el suelo, y pueden contaminar los productos frescos”.
De acuerdo con la Clínica Mayo, los parásitos intestinales más comunes son los oxiuros, que generalmente miden 1/4 pulgadas a 1/2 pulgada. El tipo de infección que causan suele estar asociada con alimentos contaminados, ya sean frutas, verduras y bebidas como el agua.
Los síntomas comunes son picazón anal o vaginal o incluso irritabilidad y dolor estomacal; no obstante, es importante tener presente que no existen signos asociados, y por tal razón, se deben mantener medidas preventivas que reduzcan el riesgo de la aparición de estos parásitos.
Además, una persona contagiada cuando vive en un lugar con hacinamiento, no cambia con frecuencia de ropa interior o tiene una deficiente higiene personal empeora la complicación de salud. Por eso, es importante reducir el riesgo de infección por parásitos intestinales lavando muy bien los alimentos que se van a consumir.
Así se lava la trucha para evitar los parásitos intestinales
Según el artículo titulado “Cryptosporidium y otros parásitos gastrointestinales en truchas” publicado por Dialnet señala que los peces de río suelen contener parásitos intestinales como los Eimeria o los nematodos que son gusanos diminutos.
Por su parte, Mundo Deportivo precisa que los pescados suelen tener anisakis, un tipo de nematodos, que de acuerdo con los National Institutes Health (NIH) la infección que causan “se transmite más comúnmente mediante la ingestión de larvas infecciosas provenientes del consumo de pescado o calamares crudos o poco cocidos”.
La forma en la cual se desarrolla la infección es porque “por la invasión de la pared del estómago (...) provoca la muerte del gusano y desencadena una respuesta inflamatoria que rodea al gusano y que puede provocar una obstrucción intestinal”.
Por tanto, la manera más apropiada para reducir el riesgo de una infección por este tipo de parásitos es lavando muy bien los pescados -como la trucha-, según el Ministerio de Consumo del Gobierno de España:
- Comprar pescado sin tripas.
- Freír los pescados por lo menos a 60° C por lo menos por un minuto.
Si por algún motivo se decide cocinar el pescado de una manera diferente, es importante congelarlo. “Para poder congelar en casa, su frigorífico debe alcanzar una temperatura de –20 °C o inferior y mantener el producto congelado durante cinco días”, añade.