El jazmín, también conocido como jazmín amarillo, jazmín blanco, jazmín chino o jazmín, es una planta medicinal a la que se le confieren propiedades antioxidantes, antisépticas y calmantes, por lo que son muy utilizadas en la medicina tradicional como remedio casero. para reducir el estrés, aliviar los dolores de cabeza o ayudar con la cicatrización de heridas, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde.
Adicional, según el Feng Shui (técnica china que busca el equilibrio de la energía a través de la distribución y la decoración de espacios), el jazmín, cuyo nombre científico es Jasminum officinalis, es una planta que se relaciona con la purificación de las malas energías, y con la atracción de dinero.
Así las cosas, para que la planta atraiga la riqueza, primero se deben limpiar los espacios de mala energía, y esta planta se debe saber ubicar. Por ello, hay que ubicarla en un recipiente con agua en los lugares que estén cargados con energía negativa, como, por ejemplo, en las puertas, la sala, la cocina y la habitación principal
Entre tanto, para obtener riqueza, y después de que se haya hecho una limpieza energética, el jazmín se debe colocar en un florero en la habitación principal, en la sala, en la entrada principal o en los espacios de trabajo o negocios. Adicional, el portal Terra indicó que se debe repetir varias veces la siguiente frase: “El dinero viene hacia mí de distintas Fuentes. Soy un imán para el dinero. Mis posibilidades son infinitas. Hecho está”.
Por su parte, otra recomendación es quemar el jazmín seco, pues de esa forma se esparcen en el aire las propiedades de limpieza.
Cuidados del jazmín
El jazmín es una planta que aporta belleza y elegancia, pero es importante darle los cuidados necesarios. Afortunadamente, existen algunas recomendaciones, como, por ejemplo:
1. Luz adecuada: esta planta prefiere la luz solar indirecta. Es decir, el jazmín se puede ubicar cerca de una ventana o de un lugar bien iluminado, pero sin la exposición directa al sol.
2. Riego apropiado: hay que tener presente que el jazmín no se debe regar en exceso, pues la planta se podría ahogar, y sus raíces se podrían dañar. Por ello, la recomendación es hacerlo cada dos o tres días.
3. Monitoreo: para que el jazmín florezca adecuadamente, hay que realizarle un monitoreo constante, para así eliminar hojas marchitas o flores marchitas.
Finalmente, es importante indicar que esta planta trepadora aguanta temperaturas de hasta -3 °C.