Las toallas son un elemento básico en cualquier hogar y nada es más desagradable que utilizar una toalla áspera y poco absorbente después del baño. Afortunadamente, hay algunos trucos sencillos que cualquiera puede implementar para conseguir que sus toallas luzcan y se sientan como nuevas después de cada lavado.
Trucos para tener toallas más suaves
Es recomendable lavar las toallas en la lavadora por separado de otras prendas para evitar que se llenen de pelusas. Una gran opción es usar agua tibia o caliente y un detergente suave. Hay que evitar el suavizante, ya que puede dejar un residuo que hace que las toallas sean menos absorbentes.
Otro aspecto clave es la cantidad adecuada de detergente para evitar que queden residuos en las toallas, lo que puede hacerlas sentir ásperas. Es importante no exceder el uso.
El truco para tener toallas más suaves y esponjosas está en implementar vinagre. Agregar media taza de vinagre blanco al ciclo de enjuague puede ayudar a eliminar los residuos de detergente y suavizar las fibras de la toalla. El vinagre también ayuda a eliminar los olores y a mantener los colores brillantes.
Es importante evitar secar las toallas en exceso en la secadora, ya que esto puede hacer que las fibras se endurezcan. En su lugar, se pueden secar a baja temperatura y cuando estén ligeramente húmedas dejar que se sequen al aire.
Otro tuco es que, antes de guardarlas, se deben golpear suavemente las toallas para eliminar cualquier exceso de pelusa y para ayudar a que recuperen su suavidad y esponjosidad.
Finalmente, es clave lavar las toallas regularmente para evitar la acumulación de bacterias y hongos que pueden hacer que se sientan ásperas.
Toallas bien lavadas
Para que las toallas queden impecablemente limpias, suaves y esponjosas, se pueden seguir estos consejos antes y durante el lavado:
Antes del lavado:
- Remojo previo: Si las toallas están muy sucias o con manchas difíciles, hay que dejarlas en remojo durante 30 minutos con agua tibia y un detergente suave. Se puede agregar un poco de vinagre blanco o bicarbonato de sodio para potenciar la limpieza.
- Separar por colores: Lava las toallas blancas, por un lado, y las de colores, por otro, para evitar que se destiñan.
Durante el lavado:
- Cantidad adecuada: No hay que llenar la lavadora en exceso, ya que esto impide que las toallas se laven correctamente. Lo ideal es que quede espacio suficiente para que se muevan libremente.
- Detergente: Utilizar un detergente suave y de buena calidad, específicamente diseñado para ropa.
- Temperatura del agua: La temperatura ideal para lavar las toallas es de 60°C para las blancas y 40°C para las de colores. Si las toallas son delicadas, lavarlas con agua fría.
- Ciclo de lavado: Elegir un ciclo de lavado con centrifugado suave para evitar dañar las fibras de las toallas.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.