Uno de los animales más pequeños y que genera incomodidad y desprecio en las personas son los ácaros, debido a los efectos negativos que puede llegar a producir en la piel. Estas diminutas bacterias suelen habitar en colchones, cobijas, almohadas, sábanas, sofás, cortinas y alfombras.
De hecho, suelen pasar desapercibidos a simple vista, pero pueden llegar a traer serios problemas de salud como alergias, asma o problemas respiratorios, ya que su alimento es la descamación humana de uñas, piel, pelo, entre otras.
Los ácaros se han convertido en los responsables directos de alrededor del 75 % de las alergias respiratorias, debido a su rápida multiplicación. Tienen una vida promedio de alrededor de unos tres meses y se reproducen mediante un huevo al día.
Además, el calor y la humedad son los preferidos por estos pequeños arácnidos que, ante un mínimo de luz solar, mueren. A lo anterior, la plataforma Aurana.es, reveló que “el 10 % del peso de una almohada de 2 años podría estar formado por desechos de su digestión y esqueletos de ácaros”.
“Estos terribles ácaros del polvo, llamados Dermatophagoides spp, son grandes devoradores de la epidermis. Un solo colchón en su interior puede contener hasta 10 millones de ácaros. Algunos expertos se han dado a la tarea de analizar estos diminutos animales, encontrando en tan solo un gramo de polvo más de 2.000″, añadió el sitio web.
¿Cómo saber si la almohada tiene ácaros?
La existencia de ácaros en la almohada es evidente; si la persona presenta los siguientes síntomas, podría ser una señal de alerta para realizar un cambio de la misma, o quizá, una fumigación con ayuda de productos comerciales o naturales, si es el caso:
- Congestión nasal.
- Toser y/o estornudar.
- Lagrimeo o conjuntivitis.
- Picazón en la garganta, paladar o nariz.
- Malestar general, fatiga, debilidad y alteraciones del sueño.
¿Cómo evitar la presencia de ácaros?
- Luz solar: una de las mejores formas de combatir los ácaros es reduciendo la humedad y la temperatura del ambiente, por lo que es conveniente aprovechar las propiedades de los rayos del sol. Expertos recomiendan dejar la ropa de cama al sol con la mayor frecuencia posible.
- Congelar las almohadas: suena extraño, pero congelar las almohadas durante 24 horas mata los ácaros. Y si luego se lavan las almohadas al menos a 60 °C, también se eliminarán los excrementos de ácaros de la tela.
- Lavar con frecuencia la ropa de cama: lavar con regularidad la ropa de cama y las fundas nórdicas permite frenar el crecimiento de los ácaros del polvo doméstico. Lo más aconsejable es hacerlo cada dos o tres semanas como máximos y, a su vez, ventilar el colchón regularmente.