La rejilla del horno, a menudo pasada por alto, no es un componente decorativo; su diseño permite una distribución uniforme del calor, desempeñando un papel esencial en la obtención de texturas y sabores equilibrados.
Diferencia entre la rejilla y la bandeja del horno
Por lo general, se suele confundir la rejilla con la bandeja. La rejilla es una pieza metálica formada por unos filamentos de metal (conocidos como tubos o varillas finas) que permiten la circulación del aire; por su parte, la bandeja es una pieza metálica o de otro material, plana y con bordes, que se utiliza también para colocar los alimentos en el horno cuando ingresan con otros recipientes, como los moldes para lasañas o tortas.
Sin embargo, si se usa la rejilla para cocinar, la bandeja será la encargada de acumular los jugos que desprendan los alimentos para no causar deterioro al horno.
¿Cuándo utilizar la rejilla del horno?
En la cocina, la rejilla del horno se convierte en una aliada en diversas preparaciones. Al asar carnes, de res o cerdo y aves, como el pollo o la gallina, su uso facilita la circulación del aire caliente, asegurando una cocción uniforme y evitando que los jugos se acumulen en exceso.
Al hornear, la rejilla se convierte en un escudo protector, previniendo que la base de la carne se queme al distribuir eficientemente el calor.
Además, la rejilla del horno es una herramienta clave a la hora de gratinar, ya que proporciona un dorado homogéneo sin comprometer la integridad del resto del platillo. También es indispensable para las tortas y productos de panadería.
¿Cómo optimizar el uso de la rejilla?
Para aprovechar al máximo la rejilla del horno, es esencial ajustar su altura según la naturaleza del platillo. Al asar, ubicar la rejilla en el centro garantiza una cocción uniforme, mientras que al hornear, la posición más baja evita quemaduras no deseadas en la parte superior.
La circulación del aire es clave, por lo que se recomienda evitar la sobrecarga de la rejilla y dejar espacio suficiente entre los alimentos para permitir que el calor fluya de manera óptima.
Limpieza de la rejilla del horno
La limpieza regular de la rejilla del horno es esencial para mantener la higiene en la cocina y garantizar que no se transfieran sabores no deseados a los alimentos. Por eso, se pueden seguir estos pasos:
- Enfriamiento: Asegúrese de que el horno esté completamente frío antes de intentar limpiar la rejilla. Tratar de limpiarla cuando aún está caliente puede ser peligroso y menos efectivo.
- Remojo y detergente: Humedezca la rejilla con agua caliente, no hirviendo, y en esa misma agua agregue detergente para platos.
- Cepillado: Use un cepillo para fregar o una esponja no abrasiva para eliminar los residuos restantes. Asegúrese de prestar atención a las áreas más sucias o con acumulación de grasa. Si es necesario, puede utilizar una mezcla de bicarbonato de sodio y agua para crear una pasta y aplicarla a las áreas más difíciles.
- Enjuague: Enjuague la rejilla con agua fría para eliminar cualquier residuo de detergente o bicarbonato de sodio.
- Secado: Seque la rejilla completamente antes de volver a colocarla en el horno. Puede usar un paño suave o dejarla secar al aire.