El pescado es de los alimentos con los que se debe tener muy en cuenta la cadena de frío, con el objetivo de evitar contratiempos con la persona que termine consumiéndolo.
En el portal español Congelados Dil, resaltan que, en términos generales, el pescado puede estar congelado de tres a seis meses, según las características que tenga el pez.
“El pescado crudo congelado puede almacenarse en nuestros congeladores sin ningún problema hasta un período de seis meses. Por otro lado, el pescado cocido no puede estar más de tres meses congelado”, destacan en el portal citado anteriormente.
No obstante, explican que los tiempos mencionados anteriormente no son válidos para todo los tipos de pescado, dado que cada pez tiene sus propias características y, como consecuencia, el proceso y tiempo de congelación cambian.
“Aunque la estimación es entre tres y seis meses de congelación para los pescados crudos congelados, existen diferencias. A grandes rasgos, en el proceso de congelación y de almacenamiento de los pescados, debemos diferenciar dos tipos: pescados finos y los que tienen un mayor contenido de grasa”, agregan en dicho portal.
Entre tanto, pescados como el gallo o el lenguado, se suelen conservar en torno a los seis meses. Por su parte, el resto de pescados, como el salmón, la merluza o el bacalao, pueden estar en perfectas condiciones hasta tres meses después desde su congelación.
“Estas diferencias se deben, como ya hemos comentado con anterioridad, a las condiciones de congelación. El pescado, cuya carne se separa en láminas y tienen un mayor contenido en grasa, suelen soportar peor la congelación que los pescados con textura fina. La razón es que, como consecuencia de la oxidación de la grasa, se limita el tiempo en que este tipo de pescado (azul) puede conservarse con todo su sabor y calidad”, explican en Congelados Dil.
Además, recuerdan que la cadena de frío cuenta con diferentes fases o procesos, tal como se menciona a continuación.
- Fase de producción
- Transporte
- Fase de almacenamiento
- Distribución y puntos de venta
- Usuario final
Por último, aseveran que durante las cinco fases nombradas anteriormente, es clave mantener la temperatura y cadena de frío para que no se produzcan alteraciones en el producto congelado.
“Por lo tanto, se debe realizar una importante gestión y control de las instalaciones que se utilizan durante todo el proceso, desde su congelación hasta la venta y consumo del usuario final”, destacaron.