El ejercicio es un hábito que se debe llevar a cabo de manera constante y en todas las etapas de la vida. El tipo y el tiempo de actividad puede variar dependiendo de la edad de cada persona y de sus condiciones físicas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizar algún tipo de actividad física o practicar algún deporte trae beneficios positivos tanto para la salud del corazón, del cuerpo y de la mente. “Las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre un 20 % y un 30 % mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física”, menciona la OMS.
Como mínimo, los adultos deben hacer ejercicio o actividad física durante 30 minutos consecutivos, todos los días. Para poder tener una mejor calidad y condición de vida, este hábito se debe llevar a cabo en todas las edades; para poder adaptar los ejercicios propicios según la edad y el estado físico, es pertinente contar con la aprobación de un profesional en el tema.
La actividad tanto moderada como intensa es adecuada para la salud. Ante tantas obligaciones que se viven hoy en día, a las personas les cuesta sacar tiempo para entrenar, ir al gimnasio o salir a trotar, sin embargo, la OMS aclara que la actividad física es todo tipo de movimiento corporal, en el que se queme energía, por ende, podrían dedicar de otro tipo de tiempo para realizar algún ejercicio.
Lo anterior quiere decir que un paciente puede tomar la decisión de subir por las escaleras, bien sea en su lugar de residencia o trabajo, en vez de hacer uso del ascensor. Puede irse a pie hasta su trabajo, cuando queda cerca, o caminar un trayecto y hacer el otro en bus. Lo ideal es siempre buscar la estrategia para poner el cuerpo en movimiento, esto garantizará una mejor salud, prolongará el tiempo de vida, prevendrá algunas enfermedades y hará que en dado caso de padecerlas, el cuerpo pueda sobrellevarlas de una mejor manera.
En medio de las rutinas y de incorporar la actividad física y el ejercicio como un estilo de vida, las personas buscan todo tipo de consejos para potenciar los resultados de dicha actividad. De ahí que surjan preguntas como, por ejemplo, si es mejor bañarse con agua fría o caliente después de haber entrenado.
Darse un baño después de la actividad física es ideal para relajar los músculos, prevenir calambres y sentirse con más energía para comenzar el día. Por lo general, las personas suelen entrenar antes de ir al trabajo, por lo que luego de haber sudado se bañan para poder estar presentables para su jornada laboral.
Nike en su sección de salud y cuidado personal menciona que bañarse con agua fría después del ejercicio puede ser nocivo para la salud del individuo en algunos casos. Si se toma la decisión de bañarse con agua que se encuentre a esta temperatura, se debe hacer cuando ya la persona se haya desacalorado, ya que el cambio de temperatura en el cuerpo le puede hacer daño.
Según Karly Mendez, especialista en rendimiento humano con un máster en Ciencias de la Fisiología del Deporte en el Memorial Hermann IRONMAN Sports Medicine Institute de Houston (Texas, Estados Unidos), recomienda esperar al menos 20 minutos después de hacer ejercicio para ducharse con agua fría.
“Esto se debe a que, después de entrenar, el cuerpo necesita tiempo para enfriarse, concretamente para volver a una frecuencia cardiaca y una temperatura corporal normales”, explicó Mendez.
Una vez que la persona se encuentra en una temperatura en donde cuerpo sea aclimato, el agua fría es ideal, luego de haber tenido una rutina de entrenamiento intenso, ya que esto prevendrá dolores musculares. Además, aumentará las probabilidades para que el cuerpo pueda quemar la grasa de más.
Para finalizar, es mejor saber que opina un entrenador o un profesional en el tema, acerca de la temperatura en la que debe estar el agua cuando la persona se va a bañar luego de la actividad física, puesto que esto puede variar dependiendo del entrenamiento y de cada individuo.
Referencia
¿Ducharse con agua fría después de entrenar tiene algún beneficio? - Nike.