La Virgen de Guadalupe es una de las representaciones de la Virgen María que mayores creyentes tiene. Esta santa tiene alta representatividad en Latinoamérica, aunque el país donde más la siguen es México.
En la misma línea, todos los 12 de diciembre se celebra el día de la “morenita”, de modo que muchos aprovechan para pedirle por un milagro y ayudas de vida.
De acuerdo con recopilaciones de CNN, Juan Pablo II catalogó a la Virgen de Guadalupe como “la Patrona de América”. Hasta México, lugar donde está una de las imágenes más sagradas de esta santa, llegan millones de personas a venerarla; de hecho, hay encuestas que apuntan a que siete de cada diez mexicanos creen en esta advocación de María.
Por otro lado, el portal Marca dice que el origen como tal del Día de la Virgen de Guadalupe remonta al año 1531. Los aportes históricos apuntan a que el 12 de diciembre de dicho año “la Virgen María se le apareció por cuarta ocasión a Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac”.
Desde ese momento, la imagen de la Virgen de Guadalupe ha sido un símbolo de fe, espiritualidad y amor, siendo de total devoción por parte de millones de hispanohablantes.
¿Por qué pedirle a la Virgen de Guadalupe?
Aparte de agradecer a la Virgen de Guadalupe por todos los favores recibidos, cada 12 de diciembre los creyentes de la cultura religiosa hablan con esta santa para que, si esa es su intensión, haga realidad varios milagros.
De acuerdo con el blog Catholic.net, la Virgen de Guadalupe conoce cada uno de los sufrimientos de las personas que se comunican con ella. En la misma corriente de ideas, tres de las peticiones que más tiene la ‘guadalupana’ es por el trabajo, la salud y los conflictos.
Así las cosas, sea cual sea la intensión que se tenga para hablar con la Virgen de Guadalupe en su vida, los seguidores de esta cultura practicante religiosa indican que debe hacerse desde el amor, sin interés alguno y teniendo la certeza de que todo será dado, pero a la vez es necesario ayudar al prójimo.
Conjuntamente, la “morenita”, al ser la madre de Jesucristo, tiene el don de la protección divina, pero también de la corrección en los casos en los que las personas no obran de la mejor manera posible.
A raíz de ello, el citado escenario digital consigna que esta advocación de María “nos hará ver que muchos de los sufrimientos que pasamos han sido provocados por nosotros mismos y que para alcanzar la verdadera salud es necesario cambiar para bien”.
Entonces, en vista de que este 12 de diciembre es el Día de la Virgen de Guadalupe, hay quienes proceden a recitar oraciones para que la santa les otorgue milagros. Unas de las líneas de palabras más poderosas para este día es la enunciada a continuación:
Oración para el Día de la Virgen de Guadalupe
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo: escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y represéntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser, todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos, ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosas, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a él, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.