Febrero destaca al inicio del año debido a la celebración del Día de San Valentín el 14 de febrero, una festividad donde las personas aprovechan para expresar su amor, ya sea a sus parejas o amigos. Por lo general, durante esta celebración, los obsequios como chocolates, flores y joyas son comunes, con la intención de hacer sentir especial a quien los recibe.
Sin embargo, es importante destacar que febrero también conmemora otra celebración: el Día Mundial del Infiel o Día Mundial del Amante, la cual muchas veces pasa desapercibida para la mayoría. Aunque pueda sonar irónico, en este mes corto se festeja tanto el amor como la traición, pero, ¿por qué esta celebración es un día antes de San Valentín?
13 de febrero: Día Mundial del Amante
El 13 de febrero, el día antes de la celebración del amor entre parejas en el Día de San Valentín, se conoce como el Día Mundial del Amante. En esta jornada, se destacan y fortalecen los vínculos afectivos que son considerados prohibidos, ya que no forman parte de la relación oficial entre dos personas y, por ende, se mantienen en secreto.
En este día, se hace evidente la complejidad de las relaciones humanas, puesto que se reconocen los lazos emocionales que pueden surgir más allá de las relaciones convencionales. Aunque estas conexiones clandestinas no sean bien vistas por la sociedad, aquellos que se encuentran en esta situación comprenden el significado profundo de esta celebración.
Esta festividad, originaria de Estados Unidos, se conoce como “Mistress Day”, y según fuentes internacionales, fue impulsada por una página de citas. Se cree que los regalos más comunes para celebrar este día son los juguetes sexuales, la lencería y las joyas.
Pese a que no es una festividad tan reconocida como el Día de San Valentín, con el paso del tiempo ha ganado popularidad en algunos grupos de personas, especialmente entre aquellos que tienen relaciones sentimentales fuera de las convenciones sociales tradicionales.
¿Por qué las personas son infieles?
Se estima que las razones más comunes por las cuales una persona puede llegar a ser infiel a su pareja sentimental incluyen vacíos emocionales, falta de responsabilidad afectiva, inseguridades, falta de confianza, confusión o incluso deseos de venganza. Sin embargo, determinar si una situación constituye o no un acto de engaño depende en gran medida del concepto individual que cada persona tenga de la infidelidad.
Por esta razón, es fundamental que cada pareja establezca sus propios acuerdos y límites respecto a lo que consideran como una falta de respeto dentro de su vínculo afectivo. Estos acuerdos pueden incluir qué acciones son inaceptables y cómo abordar situaciones de tentación o conflicto emocional de manera abierta y honesta.