El cabello se relaciona mucho con el estilo y personalidad de los individuos. Sin embargo, su cuidado no siempre es tarea fácil, pues hay factores que inciden de forma negativa en su salud. Por ejemplo, la contaminación ambiental, los rayos del sol y el uso de planchas y secadores son enemigos del pelo, pues lo resecan y vuelven quebradizo.
El pelo, al igual que el cuerpo y la piel, necesita estar bien hidratado para tener un buen aspecto y verse brillante y con vida. Mantener una dieta sana es una de las mejores formas para que el pelo no se deshidrate.
Para prevenir que el cabello se reseque una de las recomendaciones de los expertos es usar champú con menos frecuencia, tal vez una o dos veces por semana; utilizar un producto suave que no contenga sulfato, aplicar acondicionadores y evitar el uso de secadores y de productos fuertes para embellecer el cabello.
Aceite de aguacate
Adicionalmente, se puede recurrir a alternativas naturales y una de ellas es el aceite de aguacate, el cual por sus componentes ayuda a tratar cabellos maltratados, secos y quebradizos. También se dice que contribuye a prevenir la caída excesiva y otros trastornos capilares.
El portal Mejor con Salud refiere un estudio divulgado en International Journal of Trichology en el que se determinó que las grasas del aguacate hidratan, reparan y fortalecen las fibras capilares. Así las cosas, su uso regular permite mantener un aspecto brillante y saludable en todo el pelo.
Otros análisis han determinado que aumenta la síntesis de colágeno, proteína esencial para que el cabello crezca fuerte y sano.
En torno a este tema, el portal unCOMO indica que es un producto rico en nutrientes esenciales como vitaminas A, D y E, y ácidos grasos esenciales como el ácido oleico y el linolénico, lo que ayuda a hidratar y nutrir el cabello.
De igual forma, tiene la facilidad de penetrar profundamente en su estructura, lo que lo hace ideal para tratar el cabello seco y dañado, por lo que lo repara y fortalece reduciendo la probabilidad de rotura y puntas abiertas.
A esto se suma que tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que contribuye a combatir el daño del cabello causado por factores ambientales como el sol y el viento.
Una de las formas de usarlo es como acondicionador natural, ya sea utilizándolo solo o combinándolo con unas cuatro o seis gotas de aceite esencial de menta o lavanda para un tratamiento más completo. Esta mezcla se masajea por todo el cuero cabelludo y las hebras de pelo.
Se deja actuar durante unos minutos, o incluso toda la noche para obtener los mejores resultados. Posteriormente, se enjuaga con agua tibia y se aplica champú y acondicionador como de costumbre.