Abrir alimentos enlatados puede parecer una tarea simple, pero hay errores comunes que pueden comprometer la seguridad y calidad del producto. Estos son algunos de los más frecuentes:

No limpiar la lata antes de abrirla

  • Error: Muchas personas omiten lavar o limpiar la parte superior de la lata. Esto puede transferir polvo, suciedad o bacterias al contenido al momento de abrirla.
  • Solución: Siempre limpie la superficie de la lata con agua y jabón o un paño húmedo antes de abrirla.

Usar un abrelatas sucio o oxidado

  • Solución: Limpie y seque el abrelatas después de cada uso y revise su estado regularmente.

Dejar bordes afilados expuestos

  • Error: Muchas personas no se aseguran de retirar completamente la tapa o dejan bordes filosos, lo que aumenta el riesgo de cortes.
  • Solución: Use un abrelatas que deje bordes lisos o retira completamente la tapa con cuidado.

No verificar el estado de la lata

  • Error: Abrir latas abolladas, hinchadas o con signos de óxido sin inspeccionarlas puede ser peligroso, ya que podría indicar contaminación bacteriana como el botulismo.
  • Solución: Deseche cualquier lata que esté dañada, especialmente si está hinchada o emite un olor extraño al abrirla.

No transferir el contenido sobrante

  • Solución: Transfiera los alimentos sobrantes a un recipiente hermético de vidrio o plástico y refrigera.

Abrir la lata en posición inadecuada

  • Error: Abrir una lata inclinada puede provocar derrames o accidentes.
  • Solución: Coloque la lata sobre una superficie plana y estable antes de usar el abrelatas.

No prestar atención al líquido interior

  • Error: Abrir la lata sin precaución puede provocar salpicaduras del líquido que contienen algunos alimentos (como frijoles, atún o frutas).
  • Solución: Haga el primer corte con cuidado y drena el líquido si es necesario antes de abrir completamente.

¿Por qué no se deben guardar los alimentos enlatados abiertos en la nevera?

Guardar alimentos enlatados abiertos directamente en la nevera es una práctica poco recomendable debido a varios factores que pueden afectar la seguridad y calidad de los alimentos. Estas son las principales razones:

Reacción química con el metal

Una vez que la lata se abre, el metal queda expuesto al oxígeno y a la humedad del refrigerador, lo que puede provocar una reacción química entre el contenido del alimento y la superficie interna de la lata. Esto puede alterar el sabor del alimento y, en algunos casos, liberar pequeñas cantidades de metal en la comida.

Contaminación cruzada

Las latas abiertas no están diseñadas para sellar herméticamente después de usarse, lo que permite que olores, bacterias y otros contaminantes del refrigerador entren en contacto con el alimento.

Oxidación y corrosión

La exposición prolongada al aire y la humedad puede oxidar las superficies metálicas de la lata, lo que no solo deteriora la lata, sino que también puede contaminar los alimentos.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.