Las polillas son mariposas nocturnas que no miden más de un centímetro, y usualmente tienen manchas negras y alas horizontales, de acuerdo con la definición de la Real Academia Española (RAE). Este tipo de insectos pequeños pertenecen a la orden de los lepidópteros, junto a las mariposas, pero no se consideran tan agradables como éstas.
Si bien es cierto que existe una amplia gama de insectos voladores que cumplen funciones sumamente importantes dentro de los ecosistemas, también hay algunos que pueden causar daños a los bosques y plantaciones, debido a que se alimentan de forma agresiva de diversos tipos de plantas.
En el caso de las polillas, son insectos que pueden variar en tamaño, desde unos milímetros hasta varios centímetros de largo, con antenas filiformes o con apariencia plumosa que, cuando están en reposo, sus alas pueden permanecer sobre el cuerpo o extendidas.
Entre sus características principales también se destacan sus colores monocromáticos y sus escamas aplanadas en las alas y otras partes del cuerpo. En el mundo se estima que hay unas 160.000 especies de lepidópteros y las polillas corresponden a más del 80 % del grupo.
Por esta razón, resulta imposible dar una categorización precisa del grupo, más allá de identificarlas por su tamaño de acuerdo a sus características físicas. De esta manera se agrupan en diferentes tipos, entre ellos; grandes, pequeñas, de madera o de ropa y más.
Sobre los tipos de polillas de la ropa se conoce que hay diversas especies que viven en las ciudades o sitios urbanos, algunas llegando a invadir varios hogares causando estragos en la ropa o tapicería debido a que los tejidos naturales son su fuente alimento.
Factores que influyen en su permanencia en el hogar
Las polillas de la ropa prefieren la fibra orgánica como lana, seda o cuero para alimentarse y esconderse. De hecho, las prendas que quedan con restos de comida también las atraen. La razón por la que se esconden en el armario es porque allí encuentran todo lo que necesitan para sobrevivir, pues además de comida, logran tener tranquilidad y oscuridad para reproducirse.
Generalmente, este tipo de polillas ponen sus huevos en los rincones más apartados de armarios, es decir, en esquinas y grietas, sobre todo si la madera es vieja y, al cabo de un par de semanas, surgen las larvas hambrientas y dispuestas a devorarse las prendas de vestir que encuentran, quedando aún más satisfechas cuando se trata de prendas de lana.
¿Cómo alejarlas?
Aunque existen varios remedios caseros e industriales para eliminar las polillas de la ropa, no todos logran cumplir su función si no se tienen en cuenta los siguientes consejos:
Limpieza profunda
Antes de poner en práctica cualquier remedio para alejar a estos incómodos insectos, es necesario detectar sus nidos y realizar una limpieza minuciosa con ayuda de una aspiradora. Luego, se recomienda limpiar el interior del armario con algún líquido desinfectante o agua con vinagre, dejando abierto para que se ventile y reciba luz.
Lavado de la ropa
Además de pasar por un proceso de lavado adecuado, también debe extenderse de forma que le den los rayos del sol y así eliminar cualquier rastro de polillas. En caso de que las prendas estén demasiado afectadas por las larvas, lo mejor será desecharlas.
Trampas
Se trata de trampas textiles que contienen hormonas sexuales (feromonas), lo que atrae a las polillas macho, dejándolos atrapados y sin poder aparearse, por lo que no habrá reproducción y probablemente desaparezcan.
Bolsas perfumadas
Las polillas no soportar los aromas intensos, en especial el de lavanda. Así que preparar bolsas con hojas de esta planta dentro será la mejor opción para alejarlas por completo.